El jazz que nace del saxofón de Pedro Iturralde (Falces, Navarra) ha creado escuela. En los años sesenta del siglo XX su música queda impregnada por el alma andaluza y nace el jazz-flamenco, una fusión de raíces que ha resultado venerada y fructífera. Su lucha por dar al jazz un estatus de primera división ha sido constante, desde las aulas y desde los escenarios.
Pedro Iturralde debutó sobre los escenarios con sólo 9 años y pronto se aficionó al jazz. Completó en apenas un año la carrera de saxofón en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, estudios que compaginó con clarinete, violín, piano y armonía. Durante casi una década rodó por Europa y adquirió una curtida experiencia que le sirvió, una vez regresó a Madrid, para compartir cartel con Donald Byrd, Lee Konitz, Hampton Hawes, Gerry Mulligan o Tete Montoliú, entre otras figuras del jazz. Su vida ha estado ligada a la educación musical. Fue catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid hasta su jubilación en 1994 y su obra 324 escalas para la improvisación de Jazz recibió el Premio del Ministerio de Cultura a la edición más destacada en la contribución a la pedagogía (1990). Ha sido merecedor del primer y segundo premio del Concurso Internacional de Composición de Temas de Jazz en Mónaco con Like Coltrane (1972) y Toy (1978), respectivamente. En 1992 recibió el Premio de la Comunidad de Madrid a la creación musical y ese mismo año su tema Old Friends fue elegido para formar parte del repertorio de la Big Band de la Cumbre Europea de Maastricht.
Pedro Iturralde sigue en activo. Desde los años ochenta su cuarteto habitual ha estado integrado por Horacio Icasto o Mariano Díaz (piano), Víctor Merlo o Richie Ferrer (contrabajo) y Carlos Carli o Carlos González (batería), y con él recorre los festivales más prestigiosos de todo el mundo.