SARA LILU & ADELVAL (JAZZ CON SABOR A CLUB 2024): «El jazz está inevitablemente ligado al paso de la historia»

Charlamos con Adelval (Álvaro del Valle), el músico que junto a la voz de Sara Lilu estará presentando su vanguardista proyecto conjunto, en el que el jazz y la electrónica se retroalimentan; el sábado 2 de noviembre, en El Despertar.

El próximo sábado 2 de noviembre estaréis en El Despertar, ofreciendo uno de los primeros conciertos de JAZZ CON SABOR A CLUB 2024. ¿Cómo se desarrolla una música tan experimental en el directo?

En realidad no es tan experimental, somos músicos con mucha experiencia y hemos compartido con muchos artistas a nivel nacional e internacional. La experimentación forma parte de nuestro lenguaje y método creativo, pero también lo es el divulgar y acercar la música a todo tipo de público tanto más como menos experimentado.

Sois asiduos de El Despertar, el café de jazz más antiguo de Madrid. ¿Qué significa El Despertar para músicos como vosotros?

El café El Despertar es un lugar por el que han pasado muchos grandes músicos y proyectos que ahora están girando por el mundo, donde el valor artístico de las propuestas sigue siendo algo esencial. Lo que lo convierte en un sitio maravilloso para tocar nueva música acompañados de un público dispuesto a escuchar.

¿Creéis que aún hay muchos prejuicios respecto al uso de la electrónica en el jazz?

Actualmente no. El jazz es una música que ha ido evolucionando con el paso del tiempo adaptándose a nuevas formas de expresión, acontecimientos sociales, cambios tecnológicos o el nacimiento de otros géneros. Como bien han demostrado algunos de los “clásicos” como Miles Davis, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Chick Corea… y siguen haciéndolo en la actualidad músicos de todas partes del mundo. Es importante entender que el tiempo pasa sin olvidar de dónde venimos.

¿Es el jazz un lenguaje infinito?

Como mencioné anteriormente, el jazz está inevitablemente ligado al paso de la historia. Pero al mismo tiempo se fundamenta en códigos profundamente enraizados en uno de los aspectos más primitivos del ser humano: el ritmo. Estos códigos y la forma particular de estructurar el ritmo son características esenciales del género, algo que aprendemos para poder comunicarnos fluidamente con otros músicos. Es similar a cómo mantenemos conversaciones en distintos lenguajes o tocamos otros estilos de música que siguen códigos diferentes, como el flamenco o los diversos folclores del mundo. Por lo que se puede decir que dentro de su infinitud, también es algo finito.

¿Os planteáis plasmar vuestra música en un disco?

Claro, actualmente estamos trabajando en ello, vamos poco a poco aprovechando el tiempo que tenemos entre tanto concierto y gira, tanto Sara como yo participamos en muchos proyectos diferentes y vivimos en diferentes ciudades, pero pronto habrá noticias.

¿Cómo calificaríais la escena de jazz madrileña?

Creo que la falta de subvenciones para músicos y espacios culturales en este país genera un entorno donde la recaudación de los conciertos se convierte en la prioridad. Esto impulsa principalmente a los proyectos que generan más ingresos, sacrificando la diversidad artística y cerrando las puertas a aquellos que se desarrollan en ámbitos ajenos a la fiesta, el consumo de alcohol o el simple postureo. En este sentido, estamos claramente rezagados en comparación con otros países europeos, donde se han establecido políticas de apoyo cultural más sólidas. Muchos de nosotros nos vemos obligados a mirar hacia el extranjero, donde las condiciones laborales son mejores y se ha creado un público más respetuoso que valora la música como una expresión artística seria.

No obstante vivimos en una ciudad llena de músicos increíbles con los que compartir y aprender, además de gente con buenas intenciones que trabaja por la divulgación cultural de forma independiente. Gracias a todas esas personas podemos seguir mostrando nuestro trabajo al mundo y desempeñando nuestra labor y creatividad, sirviéndonos como trampolín hacia festivales nacionales e internacionales. Gracias a vosotros.

Durante el proceso creativo, ¿tenéis alguna línea roja o la libertad es total?

Sentimos la música de manera muy intuitiva. Componemos desde el ritmo y la voz, dejándonos llevar por lo que nos nace de forma natural. Si tuviera que marcar una línea roja en nuestro proceso creativo, sería la de no romper nunca con la sinceridad y la honestidad que son el centro de nuestra forma de expresarnos.

¿Cómo aplicáis la inteligencia artificial en vuestra música?

Aparte de ser compositor, productor e instrumentista también me he formado en programación y electrónica aplicada a la creación artística, es un mundo que me fascina y al que estoy ligado desde hace mucho tiempo. En uno de los proyectos que presentaré junto con Sara Lilu el mismo día 3 de noviembre en Espacio Seara (Embajadores) utilizo la captación de movimiento y machine learning para generar música desde el movimiento de una bailarina a tiempo real. Para esta ocasión he probado un sistema que capta la voz de Sara y aprende de sus giros melódicos para crear armonía y ritmo. Me gusta entenderlo como una herramienta más, un nuevo instrumento con el que jugar que plantea un nuevo mundo de posibilidades y que sirve para crear nuevas sinergias artísticas. Entendiendo el jazz como algo que evoluciona con el paso del tiempo, creo que el uso de estas herramientas rompen las puertas entre disciplinas y abren un nuevo universo de posibilidades creativas.          

¿Qué otros conciertos recomendaríais de la programación de JAZZ CON SABOR A CLUB 2024?

Este año hay una programación muy extensa y variada, si tuviese que recomendar algunos conciertos diría que el de Tivon Pennicot, o Frantzes Elzaurdia 4tet un pianista joven emergente muy interesante.

Descubre aquí la programación completa y toda la información de JAZZ CON SABOR A CLUB 2024. El ciclo organizado por Madrid en Vivo -con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid- enmarcado en el Festival JazzMadrid.

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