¿Cómo nació La Furia y qué te impulsó a transformar tu activismo y vivencias personales en un proyecto musical?
El nombre surgió de forma natural y al margen de la música. Era un mote. Era una chica enfadada, muy enfadada, con mucha rabia y mucha sed de justicia. Cuando empecé a hacer canciones me pareció que tenía sentido mantener ese nombre porque mi parte furiosa había sido penalizada siempre,(precisamente por chica), y era hora de darle un lugar y una entidad. Legitimé mi rabia con La Furia. Hice canciones por necesidad y las compartí por inercia. Jamás pensé que aquello me traería hasta aquí. Me gusta la inocencia y la verdad con la que empezó todo. De aquello se mantiene la verdad.
El viernes 16 de mayo estarás actuando en Vesta como parte de tu gira en GPS15. ¿Cómo afrontaseste concierto?
Como todos. Con ganas y con entrega. Me gusta mucho Madrid, tengo grandes amigas y admiradas artistas. Me gusta encontrarme con ellas y abrazarnos en el barro. Porque de ahí venimos todas. Y las demás…¡bienvenidas todas!
¿Qué sientes que supone tu último disco, Ultra (2024), en tu trayectoria?
Es el mejor disco que he hecho, el que más he disfrutado y el que más disfruto en directo. Si me muero mañana me puedo ir tranquila.
Tus letras hablan desde lo íntimo hasta lo colectivo. ¿Hay algún tema que aún sientas pendiente de abordar en tus canciones?
“Lo personal es político” como forma de vida. Voy escribiendo de lo que me roza y me afecta, que no necesariamente es lo que me pasa a mí. Pero sobre todo escribo desde mis experiencias, dolores y quejas. Y trato de proponer lo que creo que es urgente es que cada cual sepa cuáles son sus luchas, sus opresiones, sus privilegios y sus lugares. Y que miremos al rededor y hagamos arte incómodo y transformador. Pero no siempre es cuestión de decir, a veces es más importante saber callar. A algunos les toca callarse hace rato.
¿Cuál es el mensaje que esperas que el público se lleve después de escucharte en directo?
Espero que se vayan con el cuerpo vivo, vibrante y conectado. Que se lo bailen y hagan suyas las palabras, porque son suyas. Y que se emborrachen de comunidad y equipo. Aspiro a ser eso, su comunidad, su equipo y su bombo a negras.
¿Qué ha significado para ti haber sido una de las artistas seleccionadas en esta edición de Girando Por Salas?
Una sorpresa porque hay muchos grupos y muy buenos, y un chute de mimo. Este camino es jodido a veces, nunca viene mal una caricia en la espalda y un “yo te elijo”.
¿Qué importancia tiene para ti el directo en las salas?
Todo, todo y todo. Hay que cuidar las salas y creo que en general no se esta haciendo. Hay que ir a las salas porque sino se mueren y hay que ir también porque sino no habrá grupos diversos. Habrá macro festivales, artistas homogéneos diseñados en oficinas y sufrirá la música y sufriremos las gentes a las que nos da la vida la música. Me alegra mucho que existan iniciativas como GPS que definitivamente hacen un trabajo de ida y vuelta con salas y grupos infinitamente necesario.
¿Cómo sientes que ha evolucionado tu música en estos años tras más de una década?
Como yo. Ahora mi música es una señora sarcástica y poco prejuiciosa que hace lo que le sale del coño. Sueña libre. No pido más.