¿Cómo transcurre el camino The Son of Wood desde que se gesta como banda hasta llegar a publicar Asfalto y Cereal (2023)?
El camino desde la creación del proyecto ha sido un trayecto, sobre todo, de trabajo duro. En este tiempo por la banda han pasado diferentes músicos y artistas, aportando todos ellos algo de sí mismos. Ese algo no es solamente musical, sino que también ha contribuido a nuestra forma de hacer y sentir la banda. Por supuesto, también ha sido un camino en el que hemos ido modificando nuestro sonido para hacerlo más, valga la redundancia, nuestro. De este modo hemos ido aprendiendo y formando el proyecto que en la actualidad queremos enseñar de puertas para afuera.
Ahora estáis reeditando algunos temas como “¿Qué hay de mi?” y “Tu paladar” con colaboraciones. ¿Qué consideráis que le aportan estas colaboraciones a cada tema?
Más allá de la repercusión y visibilidad que puedan aportar las colaboraciones, todas ellas transfieren un toque personal a las canciones en las que aparecen. Por un lado tenemos ese factor vocal que hace que la canción suene diferente y única, y por otro lado, estos artistas son personas a las que admiramos tanto musical como personalmente, por lo que también es muy importante y especial para nosotros el poder contar con sus voces.
El 4 de mayo estaréis presentando Asfalto y Cereal en Vesta, como parte del circuito de Girando Por Salas. ¿Cómo afrontáis esta actuación?
Con muchas ganas e ilusión. Madrid es una ciudad muy importante para nosotros y a la que siempre nos gusta volver. Hemos tocado en la capital en varias ocasiones y en todas ellas nos hemos sentido muy arropados y, en cierto modo, hemos descubierto que tenemos un porcentaje de seguidores que lo son no por su relación personal con nosotros (amigos y familia), sino que es gente que ha escuchado el proyecto de la nada y ha creído en él. Así nos lo han verbalizado y eso es muy importante para nosotros.
¿Cuán kamikaze a nivel de números es tener un grupo con siete integrantes a día de hoy?
Aquí debemos matizar que a día de hoy podemos decir que no somos 7 integrantes, ya que Jorge, nuestro técnico, es una pieza fundamental para la banda y no salimos de casa sin él y tampoco sin nuestra maravillosa familia de madera que se ocupa del merchan, backline y de temas logísticos (Alba, Andrea, Blanca, Carol, Iván y Teresa). Es cierto que la movilización de un grupo tan grande resulta muy costosa tanto a nivel logístico como económico, sobre todo siendo un grupo humilde que no aparece como cabeza de grandes festivales. Como todo, esta formación tiene sus pros y sus contras. Se hace difícil económicamente pero no imposible y, obviamente, haciendo balance, merece muchísimo la pena.
Siendo una formación tan grande, ¿qué os está aportando haber sido una de las bandas seleccionadas en la edición GPS14?
Como comentábamos antes, la ayuda económica que nos aporta el circuito GPS es muy importante, ya que nos ha permitido tocar en lugares donde, a corto plazo, no habríamos podido permitirnos ir. Tocar en lugares como Ceuta o Málaga es una locura si no tienes un público fijo. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando llegamos y vimos gente en ambos conciertos cantando nuestros temas a pleno pulmón e intentando cerrar ya el próximo concierto de The Son of Wood en su ciudad.
¿Cuáles consideráis que son los puntos fuertes de vuestro directo?
Aquí parece haber un consenso entre la banda y la gente que alguna vez (o cientos) ha venido a disfrutar de nuestro directo. Estamos de acuerdo en que, más allá del sonido, existe una sinergia y una energía única que no se puede transmitir en un disco grabado. La comunión entre los miembros de la banda y entre la banda y el público es, sin duda, ese punto fuerte que se hace palpable en nuestros conciertos.
¿Sentís cierta influencia de vuestros orígenes y vuestro contexto a la hora de crear las canciones?
Es indudable que todo ello afecta e influye en la forma en que pensamos y sentimos. Del mismo modo, nuestra forma de pensar y sentir se proyecta en nuestras canciones. Ya sea en las letras o en la composición musical, hay algo de nosotros en todos los temas de The Son of Wood. Parece que para ser gran artista debes haber tenido una infancia traumática, como Marvin Gaye o Kurt Cobain, para transmitir esa fuerza y resiliencia en tus canciones. Sobra decir que eso es un engaño. Los orígenes de cada uno son únicos y todos ellos afectan a la manera de transmitir en la música.
¿Tenéis alguna meta fijada a corto plazo?
Nuestra principal meta es que no decaiga el ritmo de trabajo, ya sea en un sentido o en otro. Seguir grabando colaboraciones, seguir componiendo, etc. Todo suma y todo construye. Cuando te relajas es cuando el proyecto flaquea. Por eso seguimos, cada uno en lo nuestro, y siempre hacia delante.