Nº28 Febrero 2012

Agenda de conciertos de Madrid para febrero

No nos cansaremos de repetirlo. El único elemento realmente imprescindible para que se produzca la música en vivo es el músico. Sin él, habrá espacios de ocio de un tipo u otro, gente divirtiéndose o no, etc. Pero, sin lugar a dudas, no se producirá ese hecho singular y mágico que existe en el momento en el que un creador amplifica su obra desde la majestuosidad de un escenario y ante un público receptivo a su mensaje. Por ello y en estos tiempos hay que pensar que no se puede romper la cadena por el eslabón más débil: el músico. Hay que cuidarle, mimarle, hacer que su desarrollo creativo sea cada vez más fácil y satisfactorio, que pueda aspirar a vivir –mejor o peor, pero vivir- de su arte, por otra parte tan necesario para todos nosotros. Ampliar sus expectativas profesionales y hacer que toda la maquinaria que le acompaña –salas de actuaciones, discográficas, Internet, managers, promotores…- ruede a su alrededor y no que él sea pura gasolina para que esa maquinaria funcione sin rendirle ningún beneficio. Iremos por camino equivocado si, de una vez por todas, no instauramos en este país el respeto al músico, como ocurre en la mayor parte de los países de nuestro entorno y como se hace con otros artistas: actores, directores de cine o de teatro, literatos, dramaturgos, pintores, escultores, diseñadores… Es tiempo de solventar esta carencia social. A ello. Pues.

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