RADAR JOVEN – Entrevista HICKEYS: «Ser músico conlleva una carga cultural y una responsabilidad con la sociedad que a menudo no se valora»

El jueves 27 de octubre, todo el peso de este contundente cuarteto caerá sobre el escenario de Gruta 77, donde presentarán su primer disco, 'Fragile Structure'.

¿Cómo nace Hickeys?

Tarde, como siempre: en el último cuatrimestre del último año de Universidad. Maite, Marta y Martina se conocían desde el primer año pero la idea de hacer algo musical juntas no afloró en un mísero momento de sus días por la Carlos III. De pronto, Marta conoció a Ana y, algunos meses después, Ana escribió a Marta que si una cerveza, que si quedaban a tocar. De una forma u otra, acabamos las cuatro sentadas en un sofá de Lavapiés convencidas de que teníamos que alquilar un local para tocar. Solo queríamos tocar. Y de pronto, estábamos haciendo el naming para una nueva banda.

Vuestro concierto del día 27 en Gruta 77 forma parte del cartel de Radar Joven. ¿Qué tiene de especial este festival?

Es llamativo haber unido tantas salas de la capital. El tejido de espacios que apoyan esta iniciativa genera una sensación de que Madrid en su conjunto abraza a las nuevas propuestas musicales. Así, Madrid es cultura y es contracultura. 


Habéis publicado recientemente vuestro primer álbum de larga duración, Fragile Structure, en una época en la que el concepto de disco es cada vez menos común, ¿qué os ha motivado a lanzarlo?

No nos hemos guiado por las dinámicas de consumo actuales sino por lo que nosotras queríamos hacer. Estaba claro que era un disco lo que queríamos lanzar. No un EP ni varios singles. Teníamos ganas de crear un álbum, una obra completa de principio a fin porque, además, ya teníamos las herramientas para construir un discurso que condensase nuestras cuatro voces y sentimientos. Hemos encontrado un sonido con el que nos sentimos cómodas y que nos representa. Gracias a Hans Krüger -quien exploró nuestro sonido más allá de lo que nosotras imaginábamos- hemos creado una estructura donde refugiarnos. Frágil, pero nuestra. 


¿Cuál es vuestro próximo paso?

Acabamos de sacar el disco así que aún estamos con esa inercia. Queremos tocarlo todo lo que podamos en directo y hacer que la gente experimente y se sienta movida por la música que hemos creado. No hay planes a medio plazo porque, literalmente, todos lo que tenemos que mover a corto, tanto en nuestra vida personal como del grupo, ya nos dejan exhaustas. La inspiración necesita espacio y la única creatividad en la que creemos es en la de tener tiempo. 


Habladnos sobre la portada de Fragile Structure, ¿tiene algún significado concreto? Parece una obra conceptual.

Es una escultura hecha por Andrea Muniáin, a quien conocimos en una exposición de Casa Antillón en 2020. Contactamos con ella, quedamos para ponernos cara y plantear la colaboración y le pasamos algunas demos que teníamos grabadas. Ella construyó esta estructura con resina, metal, espuma y madera que luego fue fotografiada por Álvaro Pereña y rematada por Martina, quien ideó que la edición en físico fuera una habitación rota -como un anillo de moebius- y el color del vinilo el mismo que el de la escultura representando que el vinilo está hecho con fragmentos de la escultura o, al contrario, que la escultura está creada a partir del disco. 
 

¿Cuál ha sido la mayor fuente de inspiración en las canciones de este álbum?

Nuestra amistad. El disco es, ante todo, una reverencia de nosotras hacia nosotras. Un abrazo sentido. No está ideado para mover a la audiencia sino para decir a las amigas que más queremos: eh, chicas, estoy orgullosa de vosotras y de lo que me habéis hecho ser, sonáis genial. 
 

Generalmente, ¿cómo se desarrolla el proceso creativo en los temas de Hickeys?

Puede ser muy muy lentamente o un flechazo. No tenemos un método establecido y, en parte, es mejor. A veces salen ideas en improvisaciones. También, es común que una traiga algo grabado de su casa o que el proceso creativo comience con algo que no nos ha sido indiferente de nuestro dia a día, como un texto, una película, algo que nos ha pasado u otra canción, por ejemplo. En cualquier caso, no hay una única persona con la labor de traer nuevas ideas. La tónica que sí existe es el acuerdo mutuo, la democracia total. Ninguna canción tiene el rechazo absoluto de ninguna. Todas debemos haber dicho sí a la canción.

Empezasteis a editar música y llegó la pandemia, ¿os planteasteis que podía ser el final?

Una parte de todos se quedó en marzo de 2020, ¿no? Nosotras teníamos giras por distintos países y estábamos en festivales importantes de España. En parte sí, fue un final para nosotras y, en parte, gracias a ese final -y sin romantizar el horror que supuso la pandemia-, fue el principio de una nueva forma de entendernos, tanto a nivel personal como grupal. Y esto fue fundamental. “The Mill” no hubiera existido sin la pandemia, ni “El Deseo”. “To Whom It May Concern” y “Helicóptero” no serían lo que son si no las hubiéramos compuesto con GarageBand de por medio. 

¿A qué otro artista del cartel de Radar Joven recomendaríais al público?

¡Lady Banana! Hace mucho tocamos con ellas en Zaragoza y no solo son increíbles tocando sino que además son majísimas. Hace años dijimos que quedaríamos a tomar un pincho de tortilla y nunca pasó. Chicas, si estáis leyendo esto, ¡vamos al Pez Tortilla!
 

¿Cuán necesario es que aparezcan festivales como Radar Joven que impulsen a los jóvenes talentos musicales?

El desafío principal de ser músico es ser músico. El músico para sobrevivir como tal puede ser o un self-made product Instagrameable más -y llegar a esto es muy complicado- o escoger otra profesión que lo sustente. Ser músico conlleva una carga cultural y una responsabilidad con la sociedad que a menudo no se valora sino que más bien se invisibiliza. En este escenario, la profesión de músico va unida a la precariedad, la falta de apoyo y la desinformación generalizada sobre qué implicaciones tiene ser músico. Por ejemplo, un grupo pequeño-mediano para empezar a destacar precisa de la energía, el tiempo y el dinero que se necesita para emprender, con la diferencia de que para hacer un grupo de música no existen ayudas ni una formación específica sino que unas personas que solo querían interpretar y componer, de pronto se ven necesariamente inmersas en tareas de community manager y marketing, contable, editor, creativo, diseñador, manager, distribuidor y booker. Y, aún así, a veces no es suficiente. 

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