MERINO: «El mayor poder que tiene la música es hacernos viajar a una dimensión paralela en la que confluye toda la gente que asiste a un concierto, independientemente de sus capacidades»

La banda madrileña MERINO será la protagonista musical del primer concierto 100% accesible realizado en las salas de Madrid, el jueves 9 de febrero en Moby Dick. Charlamos con ellos sobre esta bonita iniciativa, la necesidad de acercar la música en vivo a todas las personas y el que será su segundo álbum, 'Himnos de Guerra'.

Vais a publicar en 2023 vuestro segundo disco, Himnos de Guerra. ¿Qué nos podéis adelantar sobre él?

Pues os podemos contar que va ser un disco conceptual, un disco que va a hablar sobre la forma en la que nos relacionamos en el amor, en la amistad, con los conflictos emocionales que se puedan generar dentro de cualquier vínculo, incluido el que tenemos con nosotros mismos.

Os podemos contar que incluirá canciones que han resonado en nosotros mucho más que cualquier otra que hayamos hecho antes, que nacen de la melancolía y la nostalgia, pero siempre con un punto de vista esperanzador y vitalista. Nos gusta decir que será un disco de alto voltaje emocional.

El próximo 9 de febrero vais a ser los protagonistas musicales del primer concierto 100% accesible en Madrid en la sala Moby Dick. ¿Cómo afrontáis este concierto?

Lo hacemos con muchísima ilusión y sintiéndonos muy afortunados. Para nosotros, el mayor poder que tiene la música y las canciones es hacernos viajar a una especie de dimensión paralela en la que confluye toda la gente que asiste a un concierto, independientemente de sus capacidades, de su ideología, de su altura, de sus gustos…De lo que sea. Llegar a ese momento único en el que no existe nada más para todos los que estamos compartiéndolo, para nosotros es brutal.

Y en el caso de este concierto, poder contar con herramientas que potencian todo lo sensorial y que permiten transmitir esas emociones a cualquier persona y traspasar cualquier barrera, es aún más increíble. Nos gustaría resaltar la labor de todas las personas que se preocupan por desarrollar herramientas tecnológicas y logísticas para que la emoción y el mensaje llegue a cualquier persona.

¿Erais conscientes previamente de las dificultades que tienen las personas que sufren alguna discapacidad para acceder a la música en vivo?

La verdad es que conocíamos un mínimo porcentaje y creemos que es algo que por desgracia tenemos en común con la sociedad en general. Por eso creemos tan vital y tan importante participar en este tipo de iniciativas y poner nuestro granito de arena para darle visibilidad y oferta. Es más, nos apetece mucho que llegue el día 9 y poder conocer de primera mano cada sistema y método para aprender de él. De momento a todo el mundo con el que coincidimos le hablamos sobre lo que vamos aprendiendo, «¿Sabes que hay unas mochilas vibratorias específicas para personas sordas que permiten sentir la música?»

El concierto es una iniciativa de Madrid en Vivo y la Fundación Music For All. ¿Cuán importante es que se promuevan este tipo de proyectos?

A nosotros nos parece muy importante y urgente. Por poneros un ejemplo de la manera en la que vamos aprendiendo y nos vamos sensibilizando, nosotros, desde MERINO, seguimos una cuenta de Instagram que nos ha dado mucho conocimiento sobre las necesidades que tiene una persona ciega, en concreto un niño de 4 años, Romeo, que se enfrenta a un mundo poco adaptado para él.

La cuenta en cuestión, (para los más curiosos, podéis encontrarla como @lucialovesromeo) hace poco Romeo nos transmitía la dificultad que tiene para distinguir entre una lata de champiñones y una de maíz, con lo fácil que sería para un fabricante de cualquiera de ellas incluir la información en braille.  Pues ahora apliquemos esto a los conciertos, a cualquier limitación o a cualquier aspecto de la vida. Creemos que es urgente y necesario que la sociedad empatice. Que se adapte a esta realidad. Por eso contribuir con Madrid en Vivo y la Fundación Music For All es para nosotros un auténtico regalo y una oportunidad de aprender.

Cartel de la formación y el concierto accesible de MERINO en Moby Dick.

A veces asociamos el compromiso social de los artistas con un discurso político. Pero, ¿no es más necesario que los artistas se impliquen con este tipo de iniciativas?

Al final vivimos en un mundo en el que puede parecer que todo está politizado. Para nosotros cuenta la intención con la que se hagan las cosas y también cuenta quién lo mire y quién lo juzgue. 

Nosotros desde este lado, y siendo honestos, desconocemos muchísimas de las necesidades reales que hay en torno a estas iniciativas y tratamos de fijarnos en compañeras como Rozalén o propuestas como las vuestras, que al final te educan, te muestran e inspiran, y desde ahí tratamos de afrontar esta oportunidad, desde las inmensas ganas por conseguir conectar con todas las personas que asistan al concierto. Ese creemos que debería ser el único objetivo.

¿Cómo ha evolucionado MERINO en los últimos años?

Nos hemos conocido mucho como banda, hemos encontrado nuestro sonido actual y tenemos más claro lo que nos mueve y lo que no. Tenemos más claro de quien queremos rodearnos y de la importancia de conocernos a nosotros mismos. De mostrarnos en esta familia que llamamos MERINO, tal como somos. 

¿Dedicarse a la música es un sueño o una necesidad?

Ambas, hacemos música por necesidad, ¡y soñamos con seguir trabajando en ella toda la vida!

De alguna manera, el título de vuestro próximo álbum, Himnos de Guerra, viene muy al caso con la lucha contra las dificultades que enfrenta una persona que tiene una discapacidad en su día a día. ¿Qué canción recomendarías como su himno de guerra particular para sobreponerse a ellas?

La verdad que aún no ha salido. Se llama «Bailando con Lobos», pero las personas que asistan al concierto podrán escucharla en primicia, será la primera canción del show. 

Por daros un avance, en ella se incluyen estos versos: 

«Y ahora me doy cuenta

de que sigo bailando con lobos, 

que siempre hizo falta pagar la cuenta, 

que aunque haya más peso en los hombros, 

jamás fue tan bella la carrera.

Que siempre hubo luz en el fondo,

que solo esperando no se llega.

Que aún queda sitio en la foto, 

que ya no da miedo mirar ahí fuera» 

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