Nueva heroína del pop alternativo más frágil y sarcástico, Yavy ha inventado un nuevo género: el pop mala leche. Moviéndose en un arco que va desde una hipotética Britney Spears triste a una facción especialmente deslenguada y desenfadada de la Julieta Venegas electrónica, la artista canaria se ubica en un espacio muy singular en la canción alternativa de autor, que ahora se confirma con la publicación de su álbum debut: Nada que aportar.
Canciones que suenan, a la vez, a madera y máquinas: ramalazos de synth-pop mezclados con indie-folk, con una mirada cancionista especialmente reflexiva pero también irónica, en una delgada línea entre la comedia y la filosofía humanista, como ya demostró en los singles con los que se fue presentando en sociedad estos últimos meses: «Deja las drogas», «Nadie está muy bien», «Te abandonaré (poco a poco)» o «Arruguitas».