The Conformists llevan más que veinte años produciendo música que confunde el cerebro y aterroriza el corazón, moviéndose con indiferencia elegante entre la mugre del punk y las galerías de arte. Baterías cinéticas, un bajo pulsante y guitarras que cortan el aire en trozos. Una voz entre gritos rabiosos y spoken word -digamos que spoken post core, por inventarnos un género-. Se fundaron en el 1996 en St. Louis, Missouri, y han publicado unos cuantos discos impactantes, los últimos cuatro de ellos grabados con Steve Albini y con un sonido nítido y sólido a más no poder que va a hacer bailar en las mesas a los fans de Enablers, US Maple, Shellac, Ian MacKaye y Slint.