Santiago y Sebastián Hernández comparten sangre, apellido y una pasión desaforada por la música. ¿Desde cuándo? “Yo creo que lo suyo empezó hace 24 años”, se sonríe con evidente retranca Xoán Domínguez, tercer vértice en el triángulo que conforma el grupo Zuaraz. “El mismo día que nació Sebas”, aclara, “Santiago, que le saca tres años, ya debía de estar esperándole con la guitarra…”.
Los orígenes quizá se remonten a entonces, pero el trío que hoy nos ocupa se ha acabado por materializar hace bien poco. En un primer momento, Sebastián y Xoán coincidieron en clases de yoga, comenzaron a charlar a la salida y sintieron un “flechazo instantáneo”. Lo siguiente fue una invitación para que el joven compostelano se apuntara a alguna comida en casa de los hermanos Hernández, en plena calle de Goya. La parte gastronómica estuvo a la altura de las expectativas, pero lo mejor llegó a los postres: estos veinteañeros mexicanos resultaron ser unos conversadores amenísimos y unos apasionados por el bolero o el son jarocho que alargaban la sobremesa tocando la guitarra y cantando todo lo que se les ocurría. Domínguez, fascinado, acabó erigiéndose en bisectriz entre ambos. Y la idea de fundar un grupo acabó cayendo sobre la mesa cual fruta madura, desde el momento mismo en que encontraron un nombre ocurrente para el bautismo: Zuaraz surge de invertir Zarauz, el apellido materno de los Hernández. (El País)