Treinta años no son nada y el tiempo pasa volando y cuando miras atrás, te das cuenta de que llevas mucho más de la mitad de tu vida entregado al rock. Así se podría resumir la historia de Sex Museum, una banda independiente que empezó en 1985. La mitad de sus miembros eran aún menores de edad, pero ellos estaban entregados a un sonido garagero crudo y una actitud salvaje en un momento en el que la nueva ola madrileña reinaba en su ciudad. Y así desde entonces hasta hoy, con trece discos a sus espaldas y todo el rock&roll del mundo en sus botas.