El dúo murciano formado por Raúl Frutos e Inma Gómez (aunque en los directos se les sume José Luis López) redobla su apuesta con dieciséis nuevos cortes en los que expande sus imprevisibles horizontes sonoros. Por el camino finiquitaron su relación con Everlasting y abortaron una aventura americana. La autoedición, pues, ampara su nueva obra, quizá la más ambiciosa y satisfactoria de cuantas han hecho.
Se ha repetido mucho que no hay modo de clasificar la propuesta de Crudo Pimento, y esta vez el tópico es real. Metabolizan mil referencias (de la dark wave al flamenco, la música oriental, el kraut de los setenta, el folk oscuro, el rock industrial, el hip-hop, la exótica, los mantras eléctricos…), sí. Pero les sale algo rabiosamente propio destilado, por poner un ejemplo, en las percusiones primitivas y el bajo distorsionado del blues salvaje “Paladista Parrandero”. Instrumentos acústicos, electrónica y electricidad se funden con un surrealismo inconfundiblemente ibérico. Consiguen, sin embargo, que su ácida y originalísima propuesta hipnotice.