El momento musical clave de Lusillón fue cuando compró su guitarra y empezó a dar clases, con 13 años, con un profesor cubano. Comenzó autoeditando canciones íntimas y bonitas; el tiempo para su música se lo dio el primer confinamiento por el Covid. Lucía canta sobre momentos que le gustaría que se hiciesen realidad, con una cadencia vocal suave y narrativa. “Un vermú conmigo” parte de una verdadera cita desastrosa, pero que repitió en una canción para tener un nuevo final feliz. El mensaje ha llegado a dos millones de oyentes. Lo suyo es el puro pop que aglutina y actualiza décadas de dulzura, elegancia y estribillos irresistibles.