Gallega de espíritu, madrileña de corazón, Marta Plumillacomienza su andadura musical a finales de los noventa por locales de Galicia y paralelamente comienza su carrera teatral. Dedicada durante diez años a la interpretación, deja de lado la música. En 2012 recupera su carrera musical. Comienza a componer compulsivamente, desarrollando un proyecto músico-escénico, donde el teatro y la música se fusionan.
Su música se caracteriza por mezclar elementos propios del pop, con grandes dosis de ironía y humor. A camino entre el minimalismo y el surrealismo, recoge la herencia del pop de La Velvet, La Romántica Banda Local y Bowie y el existencialismo fronterizo de Lhasa de Selha. Un ecléctica mezcla que convierte a Marta Plumilla en un referente del underground madrileño.