Una propuesta inclasificable y con mucha personalidad, en la que su imagen y la estética se funden con un sonido complejo, poliédrico e imprevisible. El dúo formado por Carlos y Javier suena a hyperpop con ruidismo y post-punk. Su último álbum, Cómo un ángel podría romper mi corazón, es una especie de tratado de posmodernismo sonoro que se mueve dentro del noise, el punk, el avant-garde o el digicore sin apenas despeinarse.
El balance que hay entre sus temas luminosos y sus canciones más oscuras los convierten en un grupo muy seductor e hipnótico, innovador y, a veces, incluso inquietante. Un grupo íntimo y original que marca un antes y un después en el panorama musical actual de nuestro país, en el escenario y en todo aquel que los escucha.