Hay tres palabras que siempre salen de la boca de quienes recuerdan a Enrique Urquijo: sensible, frágil y vulnerable. Una persona que no era de este mundo, como decía siempre su hermano Álvaro Urquijo, capaz de sentir las cosas con una intensidad inabarcable. Cada palabra de dolor que escribía en sus canciones traspasaba su cuerpo. Se quedaba «en pelotas» sobre el escenario y desnudaba sus emociones que a quema ropa. Sobre el escenario de Clamores se rendirá homenaje a este músico clave en la historia de la música pop de nuestro país.