No es tan habitual que un músico flamenco sea a la vez cantante, saxofonista y compositor de todas sus obras. Dominar a pleno antojo esas tres parcelas requiere un talento poco común. Antonio Lizana, nacido en Cádiz en 1986, lo tiene. Se dice de él que es uno de los grandes valores del nuevo flamenco jazz, pero esa calificación – sin dejar de ser cierta – quizá no sirva para englobar toda su obra, que también se expande a las músicas del mundo a través de seis álbumes durante la última década.
Últimamente ha rodado todo ese material en directo a razón de cien conciertos por año, en festivales como Womex, Etnosur, SXSW Austin, Casablanca Jazz Fest y certámenes de flamenco los de Nueva York, San Francisco o la Bienal de Holanda. Fue uno de los primeros artistas españoles en grabar un concierto para el American NPR Tiny Desk y ha colaborado con artistas de la estatura creativa de talla de Arturo O’Farrill (cuyo disco conjunto en 2015 fue premiado con un Grammy Latino), Chano Domínguez, Alejandro Sanz, India Martínez, Marcus Miller, Jorge Pardo, Shai Maestro, Chambao, José Mercé, Snurky Puppy y muchos más.
