Cuatro años son suficientes para graduarse como universitario, según prescribe el Plan Bolonia, y cuatro años ha pasado Alcalá Norte en la escuela de los Burning y The Cure hasta declarar definitivamente su Guerra. La banda del distrito madrileño de Ciudad Lineal se abre al Universo para defender su imaginario y presenta en la primavera de 2024 su primer álbum largo. Partiendo de un frío postpunk de riffs y recitados solemnes –capturado en su Dr Kozhev (2021)–, Alcalá Norte atacó pronto posiciones más pop, como en No Llores, Dr G (2023), casi siempre con melodías protagonistas desde los sintetizadores. Durante su paciente aprendizaje, las guitarras de la banda ganaron temperatura y la voz de su cantante, entrenada para cantar al más allá, halló el timbre con que dirigir su súplica a los vivos. Su primer álbum, y el directo con que lo acompañan, alumbra una miríada de personajes históricos o fantásticos a los que Alcalá Norte presta voz o hace objeto de su canto.
Se presentan con Barbosa a la batería, Pablo desde el bajo, Mendoza y Juampi a las guitarras y Laura frente al teclado. Con ellos canta Rivas, liberado de cargas instrumentales para favorecer la conexión mística con sus dioses locales, oriundos de la Ciudad Lineal. Alcalá Norte publicó su Supermán a comienzos de febrero y logró captar la atención de nuevos oídos, atraídos por las reminiscencias de su pop noventero, sin perder el favor de sus seguidores de siempre.