El próximo jueves 29 de mayo actuaréis en el Café La Palma como parte de vuestra gira GPS15. ¿Cómo afrontáis este directo en Madrid?
Lo afrontamos con mucha ilusión, con muchas ganas. Va a ser el concierto de fin de gira GPS y nos pilla en plena forma, muy rodados, muy engrasados. ¡Va a molar!
¿Qué balance hacéis de la gira que habéis desarrollado gracias a Girando Por Salas?
El balance es muy positivo. Hemos tenido la suerte de haber tocado en salas muy chulas, con mucho rollo y con muy buen trato. A nivel público ha sido un poco dispar la asistencia. En algunos ha ido muy muy bien y en otro nos tanto, pero a nivel experiencia y promo no podemos estar más agradecidos a Girando Por Salas.
¿Cómo ha evolucionado el sonido de Zabriskie desde sus inicios hasta convertirse en la banda que es hoy?
Podríamos decir que en algunos aspectos ha evolucionado bastante de una forma natural, sobre todo en cuanto a producción de las grabaciones, que de unos años para acá suena más actual y más fresca. Pero por otro lado, no dejamos de ser una banda de guitarras, bajo y batería que sigue haciendo sus pasajes de psicodelia. La verdad es que creo que ahora sonamos más interesantes que nunca.
¿Qué ha significado para vosotros haber sido una de las bandas seleccionadas en la decimoquinta edición de Girando Por Salas?
No te imaginas el subidón que fue cuando nos enteramos que fuimos de las bandas más votadas por el público y luego ver que habíamos sido seleccionados. Fue una alegría inmensa. Sabíamos que algo así podía ser un punto de inflexión en la carrera del grupo de cara a darnos a conocer a un público más amplio y a medios de comunicación de toda España.
¿Cómo abordáis la composición y producción de las canciones? ¿Tenéis alguna rutina o método particular que sigáis como banda?
La verdad es que no. Cada canción sale de una forma, algunas incluso de ideas que surgen en ensayos, aunque es cierto que la mayoría salen de momentos de introspección con una guitarra en casa. Otra cosa que ocurre prácticamente siempre es que primero sale la música y luego la letra. Cuando está todo más o menos estructurado, llevamos la canción al local y le damos forma. La fase final es ya en la grabación, el estudio que tengo, Estudios Tripolares, donde acabamos de pulir el tema y donde la producción se vuelve protagonista.
Acabáis de lanzar “Día Tripolar” y venís sacando nuevas canciones en los últimos meses. ¿Estáis en vías de sacar un nuevo disco de larga duración?
Es la idea, aunque volvamos a estar en la era de los singles, al final la idea de sacar un LP siempre nos seduce y en un principio no debería tardar mucho en llegar. Tenemos ya varios temas acabados y listos para que vean la luz.
¿Qué sentimientos y sensaciones os produce el directo en una sala?
En una sala es indudable que hay una conexión especial entre los músicos y el público. Al menos para una banda como la nuestra, lo sientes todo mucho más cercano, más directo, más intenso, más real…
¿Hay alguna canción o momento de los conciertos que os motiven o emocionen especialmente?
Pues nos sentimos especialmente a gusto cuando empezamos a improvisar haciendo psicodelia, creando pasajes sonoros, atmósferas envolventes… Siempre tenemos miedo de ser unos pesados cuando empezamos con estas partes en los conciertos porque realmente nos la gozamos dejando que la magia fluya pero resulta que luego, al acabar el concierto, la gente se acerca a decirnos cómo han flipado con esas partes y que les hubiera gustado que durarán más [risas]. Hay un tema en particular que es con el que cerramos los bolos en el que aunamos esos momentos de magia en la que se nos eriza la piel con una caña brutal al final, así que creo que ese sería nuestro momento favorito.