TRINIDAD JIMÉNEZ (MUJERES EN VIVO 2025): «Cuanto más me asomo al flamenco más me doy cuenta del patrimonio tan grande que tenemos»

'Eléctrica' es sumergirse en una profunda y agitada corriente de jazz, flamenco y rock. La flautista Trinidad Jiménez estará presentando su aclamado trabajo el domingo 30 de marzo en la sala Villanos, en la última jornada del ciclo Mujeres en Vivo, organizado por Madrid en Vivo con la colaboración de la Comunidad de Madrid.

Tu música es una amalgama de muchas influencias entre las que podemos destacar el jazz como columna vertebral, y elementos del rock más sofisticado y el flamenco. ¿De qué manera te fue conquistando esta diversidad musical?

El jazz es una música inmensa que me ha regalado un concepto armónico grande, una manera de entender y analizar la música, y un gusto por la improvisación. Del rock quizá esté ese sonido eléctrico: sintetizadores, piano rhodes, hammond, pedaleras de efectos, la manera de entender la batería… Al poner octavador a la flauta, irremediablemente, me pide otra forma de hacer la melodía, por ejemplo. El flamenco es un mar inmenso plagado de recursos. En Eléctrica el flamenco a veces está camuflado en las estructuras y otras dejo que sea más evidente en la forma de expresión de la flauta, en todo lo rítmico y citando directamente cantes. En la mezcla de las tres he encontrado un espacio interesante que representa mis influencias y mis filias musicales.

El próximo 30 de marzo presentarás tu disco Eléctrica (2023) en la sala Villanos dentro del ciclo Mujeres en Vivo. ¿Qué puede esperar el público de este concierto tan especial?

Una música madura, una escucha abierta entre los miembros de la banda, intensidad y mucha emoción, ya que será el último concierto con este álbum en Madrid. Se cierra un ciclo grande con esta música, que ha rodado por festivales y citas preciosas en estos años. Una fiesta.

¿Cómo consideras que crece tu música en el directo?

Casi todas las improvisaciones son abiertas, a merced de la emoción y el diálogo que surjan en el momento. Las dinámicas y los paisajes que generamos en estos temas de largo recorrido son como un viaje para el que escucha (y para nosotros, sin duda). Esa experiencia, tanto en vinilo como en digital, es más reducida (no incluye introducciones, interludios, tanta sección abierta…). Cada concierto, una historia diferente. Por eso pienso que la escena del jazz sigue resistiendo en vivo, por lo auténtico y no replicable que se genera en cada ocasión.

Eléctrica es un álbum tan espectacular como ambicioso, ¿ha marcado el camino que seguirá tu música en los próximos años?

Muchas gracias, de corazón. La verdad es que el proceso de este álbum fue a la inversa de como se suele hacer, grabar la música para conseguir conciertos, y en nuestro caso, rodamos los temas durante casi dos años y después lo grabamos. Eso hizo que la música estuviera viva, que grabáramos en directo David Sancho, Joe Sturges, Borja Barrueta y yo y que saliera casi de un trazo todo. El disco y la música caló poco a poco, una vez que se grabó, digamos que este proyecto tuvo más vuelo: de un festival salía otro, surgieron nominaciones a premios, y todo marchaba casi solo.

En paralelo he producido más músicas y proyectos, aunque no se hayan subido a plataformas digitales o grabado en audio. Lo más significativo ha sido “Raíz Sureste”, un homenaje a las músicas del sureste de la península: palos más olvidados del flamenco desde el Levante a Málaga, esas sonoridades y maneras con más apego al folclore. Hice una investigación muy grande, trajimos fandanguillos, verdiales, zambras, cartageneras… a un concepto actual. Fue muy bien la presentación, fue precioso y cuidado, con un elenco maravilloso. Es difícil mover un proyecto a sexteto en condiciones óptimas y va más lento… Otras experiencias que he tenido con la música después de concebir el álbum de Eléctrica ha sido el estreno de “Limbe” en el festival “Lo Sagrado” para flauta, electrónica y paisaje junto al colectivo Menhir; o trabajar con la orquesta de la Universidad de Sarajevo en un proyecto de improvisación musical colectiva vinculado al arte visual. En paralelo Eléctrica no ha dejado de sonar mientras empiezan a venir músicas nuevas. Me gustaría darle más espacio a la flauta baja y ver por dónde me lleva concebir música para ese instrumento.

Seguramente sea una casualidad musical, pero la progresión de acordes que introduce “Intacto” tiene ciertas reminiscencias al piano de “Pyramid song” de Radiohead, que a su vez está sampleado en “How much a dollar cost” de Kendrick Lamar. ¿Es casual o es una referencia real?

Me encanta que te venga esa referencia. Puede que la música que componemos sea fruto de todo lo que escuchamos filtrado por lo que somos y cómo lo expresamos. Radiohead tiene muchísimas horas de escucha en mi reproductor y no niego que de manera inconsciente surgiera la búsqueda de esa sonoridad, pero conscientemente, pensé más en E.S.T. [Esbjörn Svensson Trio] y Lyle Mays. También en buscar intimidad, en cómo mudar el aroma de lo frigio (que se suele asociar al flamenco) a otros territorios más anchos, más ambiguos…

¿Qué consideras que le aporta el flamenco a tu música?

Para las formas musicales, en algunos temas me basé en secciones que el baile flamenco suele tener (escobillas, llamadas, melodías del cante, el crecimiento orgánico de la música conseguido en conjunto en el grupo…). En “Plegaria a la duda” hay elementos clásicos del martinete y la seguiriya, en “Paquera Mood” y “A través” migré recursos de la bulería a estéticas más urbanas. En “Pentalegrías” adapté melodías tradicionales de alegrías a un compás de cinco tiempos… A veces en las melodías me acuerdo de las maneras del cante y las llevo a la flauta. El que más me entusiasma e inspira en eso es sin duda el maestro Jorge Pardo. Aunque a la vez, él se ha empapado en la voz y el quejío de los cantaores. Esa manera es única, genuina. El flamenco es una fuente inagotable de recursos rítmicos, melódicos, expresivos. Cuanto más me asomo, más me doy cuenta del patrimonio tan grande que tenemos en esa música y el poco valor e interés que se le da, con la proyección y calado internacional que tiene fuera de España.

¿Hay algún álbum en particular que te haya inspirado a la hora de crear Eléctrica?

Cuando me senté al piano a esbozar armonías y grooves andaba con muchos álbumes/artistas presentes rondándome, además, veníamos de la pandemia, y en esa introspección hubo muchas músicas y mucha búsqueda interior en torno a qué quería contar con las composiciones. Avishai Cohen (trompetista), Ibrahim Maalouf, Vincent Peirani, Lyle Mays, E.S.T., Jacky Terrasson, Silvia Pérez Cruz y el proyecto que hizo con un quinteto de cuerda, Paco de Lucía y los discos de Jorge Pardo de los 90, Brad Mehldau y Marc Giuliana en Mehliana, Roda Scott y Brian Auger, Jeremy Steig, Daniel García Diego… Me identifico mucho con todo lo que el rock andaluz buscó en los setenta influido por Jethro Tull, Peter Gabriel, King Crimson… Eso fue alucinante, teniendo menos referencias y alcance a la música, fue un periodo creativo efervescente y en el que aún sigo descubriendo discografía (rock progresivo, jazz fusión…). Y es que a veces buscamos fuera y tenemos influencias cercanas que son apasionantes. Todo el trabajo que hizo Moisés P. Sánchez revisitando Stravinsky y en “Metamorfosis” fue inspirador: otros formatos posibles, temas de largo recorrido e inclasificables estéticamente y plenos de referencias.


Tu concierto forma parte de Mujeres en Vivo 2025, el ciclo dedicado a las mujeres de la escena organizado por Madrid en Vivo en colaboración con la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid ¿son este tipo de iniciativas un verdadero impulso para las mujeres de la escena musical?

Agradezco este ciclo y cualquier oportunidad para mostrar el trabajo, el sonido, diversas maneras de liderar y componer… Quizás mi generación lo que quiere es hablar de música, demostrar el camino andándolo. Que en las programaciones haya cada vez más proyectos liderados por mujeres es un síntoma de que sobra talento. Para mí la clave es que la calidad sea la puerta a la oportunidad, y como te digo, hay proyectos de compañeras a un nivel potentísimo… Seguimos caminando, que nuestro trabajo hable por nosotras.

Al escuchar este álbum uno siente que ha encontrado una auténtica joya. ¿Sientes que se pierden demasiadas joyas musicales que no logran hacerse llegar al público por el exceso de información al que estamos sometidos?

Exceso de información, impaciencia, sobrestimulo… quizás esto sea enemigo de una escucha más honda y con foco. La música se desarrolla en el tiempo, hace falta una escucha lineal para no perder el hilo, para que las partes del tema tengan coherencia, para que en algunos discos encuentres sentido a una historia más grande al unir todas las piezas. A la vez, veo la cantidad de influencias que tienen muchos de mis alumnos y alumnas, y cómo las mezclan sin prejuicio y con gusto, y es ilusionante ver que el que quiere algo, lo busca (y lo encuentra). La información está para quien la quiera coger, somos dueños de nuestro tiempo y en la medida en que el algoritmo nos lo permita, de nuestras elecciones [risas].

Eléctrica ha generado especial interés casi un año después de grabarse, muchos escenarios, nominaciones a premios, reconocimientos. No me lo esperaba. Hice el disco como una especie de hoja de ruta, para que en 2023 se quedara grabado lo que estaba cavilando e investigando en ese tiempo, sin expectativas y con mucha inversión personal de tiempo y recursos. Por eso, como decía antes, que el trabajo llegue a ser escuchado y que cale más o menos, es un regalo en nuestros tiempos.

¿Cuál crees que es la mayor lección que la música te ha enseñado a lo largo de los años?

Es inmensa la pregunta, y la lección, que nunca termina. La música para mí ha nutrido muchas dimensiones personales y por extensión, profesionales. Intento no perder nunca el respeto a la música, en su sentido más amplio. No perder la chispa. No dejar de aprender, estremecerme, entusiasmarme, aunque a veces esto último pase por diferentes fases. Intentar no tener demasiadas expectativas. Compartirla. Pensarla. Vivirla, sobre todo mimar el vínculo personal que hace de pegamento a que sigamos dedicándonos a esto.

¿Qué otros conciertos de Mujeres en Vivo 2025 recomendarías al público?

Invito a dejarse sorprender, no ir a ver a la artista o a la banda, sino a escuchar más música en vivo y apoyar la escena local. El otro día pude ver de casualidad en la sala Vesta a Yael Levi y a Marte, dos cantantes de un nivel técnico impresionante con proyectos que empiezan a despegar. Y una vez que acabe el ciclo, a seguir viviendo música en directo, la escena de Madrid no cesa y está cargada de propuestas de calidad.

Consulta aquí la programación completa de MUJERES EN VIVO 2025

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