¿Cómo se ha desarrollado la gestación de Caprichos (2024)? ¿Tenías alguna preconcebida de cómo debía ser el álbum?
Es la primera vez que trabajo de una manera orgánica, por así decirlo. No había ningún concepto previo. A partir de “El huracán”, que es el primer single, y la primera idea de Caprichos, hubo un pequeño click en la forma de trabajar una canción. Siempre había trabajado con productores haciendo beats, aunque hubiera músicos colaborando en el estudio, y la primera vez que me doy cuenta de que se pueden hacer las cosas de otra manera, aunque lleve más tiempo, más esfuerzo y dinero, es con “El huracán”. Aunque resulte más laborioso y trabajoso, descubro que hay una forma de mimar las canciones mucho más grande que la que yo conocía hasta ese momento. A partir de ahí sale la idea de Caprichos. Canciones con las que voy a necesitar mucho más tiempo y mucho más de todo para poder hacerlas, pero lo disfruto mucho más. Paso más horas en el estudio, y no me pongo tiempo ni para hacer las canciones, ni para sacarlas. Y la idea era esa, hacer canciones que para mí son un puro capricho, a las que les he dado todo el mimo que me he podido permitir.
No huyes de los sampleos, pero tu música muestra una querencia especial por lo orgánico, por sentir una banda detrás. ¿Siempre tuviste claro que este sería tu concepto de hip-hop?
El cariño que le tengo a los sonidos orgánicos viene seguro por los directos. No sólo mi propio directo, por supuesto, también por ir a los conciertos, y me gustan mucho las jams. Todo lo que es en el momento y es irrepetible. A tope con los samplers, pero no deja de ser una repetición de algo pregrabado. Algo que se está tocando en un instante y lugar concreto, no va a volver a pasar. El directo para mí simboliza esa auténtica exclusividad del momento.
El próximo sábado 25 de mayo estarás en Clamores estarás presentando Caprichos, dentro del ciclo SONIDO MADRID EN VIVO 24. ¿Qué puedes adelantarnos sobre este concierto?
Va a molar mucho. Para la gente que ya haya visto un bolo nuestro, va a ser nuevo. Para el que no nos haya visto nunca, va a ser una experiencia única, musicalmente hablando. Mucha gente nos sigue y ya nos ha visto por Madrid, y por otras ciudades de España, tenemos un público muy fuerte, y también va a ser una experiencia por estrenar para ellos. Una cosa que ha hecho que hayamos estado tanto tiempo sin tocar, es que llevábamos desde 2017 haciendo prácticamente los mismo. Aunque salieran canciones nuevas y proyectos nuevos, lo adaptábamos a un directo que ya estaba construido. Con este álbum hemos tenido la oportunidad de empezar de cero. Seguimos tocando temas antiguos que nos siguen gustando, y que la gente sigue agradeciendo que hagamos, ha sido una oportunidad para ponernos a currar y hacer borrón y cuenta nueva para construir por completo un nuevo show.
Háblanos de Rainy Collective, la banda que te acompaña en tus conciertos
Llevamos tocando juntos siete años, con diferentes formatos. Son mis amigos de toda la vida y con algunos llevo incluso más tiempo haciendo música. Ellos han podido aprovechar el que hiciéramos y produjéramos una canción para el álbum, y el saber que íbamos a girar juntos, para generar su propia identidad como grupo y como colectivo. No habían tenido un nombre propio para su proyecto hasta ahora, pero hacen muchas cosas juntos. Para mí, no hay otros mejores con los que tocar, desde luego.
¿Cómo has escogido las colaboraciones de los temas? Cada canción parece un vestido hecho a medida para cada artista.
Son artistas a los que escucho, a los que he escuchado mucho en los últimos años. Me gusta la música que hacen, y luego, además, los considero mis amigos. Es gente con la que me es muy fácil trabajar, y de los que soy fan. Por otro lado, como el disco deambulo por distintos estilos y sonidos diferentes, para mí son los mejores haciendo ese estilo en particular de cada tema. Desde el R&B de los 2000’s de Elena [Alberdi], al rollete soul de Escandaloso [Xpósito] y Juan Arance, Saske rapeando, Queralt [Lahoz] con su movida única, que podría hacer lo que le diera la gana…Es una selección de gente que, para mí, es muy buena en lo que hacen, de los que soy súper fan.
En “No hay nada nuevo” cantas “esos viajes con mamá y papá, sin aire fresco, pero discos de verdad, de esos que escucho para recordar…”. ¿Qué discos te hacen recordar de esa manera especial?
Mucha música de cantautores, música latina, Silvio Rodríguez al 100%, desde luego. También flamenco y música andina, y rock de la época, del que escuchaban mis padres. Además, recuerdo especialmente un disco de Bob Marley, que a mi madre no le hacía mucha gracia, pero a mi padre, le molaba bastante.
En otras letras te muestras muy crítico con los parámetros que dictan el éxito la sociedad actual: el SEO en “G-sus freestyle”, “quemar literatura, rezar a una pantalla, huir de la cultura” en “Zapatillas a estrenar”. ¿Estamos volviéndonos esclavos de nuestros propios avances tecnológicos?
Probablemente. No sé hasta qué punto es esclavitud, pero desde luego hay dependencia. Es muy triste. A nivel usuario, hay una gran parte de gente que es dependiente de cierta tecnología. La crítica la hago a nivel social, pero también a nivel profesional. A la hora de hacer música, nos están y nos estamos haciendo dependientes de unas herramientas que, no son incompatibles, pero por desgracia a veces hacen perder la esencia de lo que estamos haciendo, y la magia de la música, del arte y de la expresión. Nos hacen dedicarle mucha energía, y te quitan tiempo de cosas más importantes. Y al final llega un punto en el que parece que la importancia de una canción radica en el modo de comunicarlo, en el canal, o en la manera, más que en el mensaje en sí.
¿Cómo afecta esto al arte?
Al final lo que se está fomentando, no es solo depender de la tecnología, sino que directamente estás cambiando los hábitos de consumo de la gente. Si se fomenta el fast food, porque es más rentable a nivel de consumo, estamos restando el valor de las cosas. Estamos valorando más la rentabilidad que le saques a una canción, que la canción en sí. Que eso pase en las grandes compañías, lo puedo entender, porque se dedican a eso, es su problema. Pero el problema es que eso ya está calando en los artistas: hacer canciones pensando en el rédito, hacer arte por su rentabilidad. Es un condicionante grave. Ahí el artista está dejando de pensar en cómo es su canción, en qué quiere decir y cómo lo quiere decir. El artista no puede aceptar eso ni fomentarlo. Nuestra labor debe ser luchar contra todo eso.
Tu concierto se enmarca en el ciclo SONIDO MADRID EN VIVO, que pone en valor la calidad del circuito de salas de música en vivo madrileño y sus artistas. Para ti, ¿a qué suena Madrid?
Lo cierto es que no sé a qué suena exactamente. A veces es puro ruido, y otras es la mayor tranquilidad del mundo. Madrid tiene una variedad de sonidos única, y suena mucho.
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