Eres de origen estadounidense. ¿Cómo llega el flamenco a tu vida y qué te hace enamorarte de él?
Si. Nací en Laredo, Texas. Luego viví en Nuevo Mexico 8 años pero soy de Texas. En mucho estados de EE.UU. hay mucha influencia hispana por nuestra historia. Mi madrina bailaba danza española y mi mamá me metió en una academia desde muy niña. A mi me enamoró el flamenco desde siempre. Hacía otras disciplinas como ballet clásico. Pero sentía con el flamenco una conexión natural. Quizás porque sentía que en el baile flamenco podría expresar otra cosa, mis sentimientos, tristeza, alegría… siempre he sido como mas reservada, seria, tímida y el flamenco me libera.
¿Quiénes han sido y son tus grandes referentes artísticos?
Como vivía fuera de España me pasaba el día viendo muchos vídeos… Manuela Carrasco, Angelita Vargas, Belén Fernández, Belén López….José Maya..pero hay muchas artistas que me inspiran y todos tienen algo especial para contar.
¿Cómo percibes la escena de flamenco en Madrid?
La escena del flamenco en Madrid es especial. En los tablaos hay un nivelazo: artistas de primera y con mucha variedad, dependiendo donde vayas y a qué tablao. Y luego pues entre las salas y teatros encuentras también proyectos muy interesantes como ciclos de cante o espectáculos de compañías. Y tengo que decir que fuera del escenario existe un ambiente y un compañerismo muy bonito entre artistas. Siendo de otro país, es lo que me ha enamorado de la escena flamenca en Madrid.
¿Qué supone para ti bailar en un escenario tan emblemático como el Tablao de la Villa, lugar conocido históricamente como el Café de Chinitas?
¡Un sueño! Como te digo yo me pasaba el día viendo los videos desde EE.UU. Para mi poder bailar en un sitio tan histórico, donde han pasado tantas artistas importantes del flamenco, para mi es un verdadero sueño cumplido. ¡Ahora hay que bailar bien! [risas] Pero me da mucha felicidad, y también respeto y sentido de responsabilidad.
¿Qué le ha aportado Madrid a tu baile?
Me ha aportado experiencia y la oportunidad de poner todos mis esfuerzos y estudios a la practica.
Muchas veces parece que el flamenco se valora más en el extranjero que aquí. ¿Cuál es tu percepción de cómo valora el público español el flamenco?
Creo que no lo valoran como tendrían que hacer, la verdad. En Nuevo México, por ejemplo, con la base de las culturas de esa zona, indígena y española, hay hasta un instituto donde los niños aprenden guitarra flamenca, cante y baile. Forma parte del currículum entre las materias básicas de ciencias, matemáticas, y lengua. Creo que en España no existe esa apreciación por el flamenco que, en verdad, como el jazz, es una música rica y compleja.
¿Te queda algún sueño artístico por cumplir?
Bailar bien en los tablaos ha sido mi gran meta. Porque lo veo tan puro y tan difícil… No sabes que va a pasar, y cómo el cuerpo y la mente va a reaccionar. Cada día es un aprendizaje. Yo creo que, con todo lo que he luchado, si no hago nada más, estaría llena. Pero sí, sueño con montar mi propio espectáculo un día.