Conmemoramos el International Jazz Day dentro del festival 2MADRID EN VIVO 2023 con 10 conciertos de músicas negras. ¿Cuán importante es reivindicar este género?
Me he criado con el rock y el jazz. Para mi reivindicar el jazz es totalmente necesario. No sólo por reivindicar la música orgánica hoy en día que casi todo es música urbana y electrónica, si no también por reivindicar un poco los orígenes de ese tipo de música y de dónde vienen. Además de dar valor a la importancia de la improvisación en el jazz.
¿Cómo surge el proyecto Dinamita y cuál es su filosofía?
Dinamita somos como base David Bao, Enrique Rodríguez (Enriquito), Juanma Montoya y yo, pero vamos rotando. También está Cristian Delgado a la batería, Alex Huelves a los teclados, Laicha, Lisandro Mansilla al saxo. Surge con la filosofía de hacer un día a la semana un bolo con nuestras canciones, pero al mismo tiempo tener un invitado que contraste de alguna manera con nuestra música, que viene más de la raíz del funk, del jazz, del rock…Normalmente contamos con un invitado un poco más underground para darle otro color al concierto.
En esta ocasión contaréis con la colaboración Vic Mirallas. ¿Qué puede esperar el público de este concierto el próximo domingo 30 de abril, Día Internacional del Jazz?
Va a ser muy interesante porque, precisamente Vic Mirallas, aunque podemos decir que la música que él hace está un poco en el entorno de la música urbana, viene del jazz. Observar los sonidos que tiene él en su música, que pueden llegar a ser incluso bastante electrónicos o urbanos, pero con armonías y melodías, y todo lo que rodea su música es bastante jazzero.
En 2017 publicaste Aproximaciones y en 2020 De Paso ¿Estás trabajando en nuevo material en solitario o ahora mismo estás más focalizado en tocar con otros artistas?
Como también trabajo como músico de sesión, si que tengo ahora mismo dedicada la mayor parte de mi tiempo a eso, a la gira de Fernando Costa, a tocar con otros artistas y demás. Pero entre rato y rato si que saco huecos para seguir componiendo para mi tercer disco y si que tengo 4 o 5 temas maquetados. Ahora que con unos amigos estamos montando un local como punto de reunión y estudio de grabación, si que espero poder empezar a grabar de aquí a tres meses.
Un número importante de salas de Madrid ofrecen, exclusiva o eminentemente, una programación jazzera. ¿Es necesario encontrar vías para acercar el jazz a las nuevas generaciones o hay más interés por parte del público joven del que comúnmente se piensa?
Veo al público joven muy lejos del jazz. Es totalmente necesario intentar acercar esta música a las nuevas generaciones. No creo que el jazz sea una música elitista, o que solo entienden unos pocos, como dicen algunos. Las salas y los conciertos son la mejor herramienta para culturizar a la gente joven en ese sentido. No es una música tan asequible como la de la radio de hoy en día, pero la música hay que disfrutarla. Si además entiendes lo que pasa detrás del telón, los entresijos, eres un afortunado.
¿Qué músicos de jazz de la escena madrileña te transmiten especialmente o escuchas con frecuencia?
Toda la gente con la que me rodeo, con la que suelo tocar. Por ejemplo, Enriquito es un referente de la escena. Pero podría decirte, sobre todo, músicos con los que me he criado. Jorge Pardo es uno de ellos. Recuerdo escucharle de jovenzuelo cuando tenía el trío con Carles Benavent y Tino (Di Geraldo). Javier Colina, por supuesto, también es otro referente, al que llevo escuchando desde pequeñajo. Antonio Serrano también…Sería una lista interminable, pero destacaría a esos tres.
¿Cómo te decantas por el bajo como tú instrumento? Es probablemente uno de los instrumentos con más prejuicios de la música popular, pero músicos como tú demuestran la cantidad de idiomas que pueden hablar esas cuatro cuerdas.
La verdad es que el primer instrumento que toqué fue una guitarra española. Luego ya con la eléctrica aluciné. Un vecino y colega mío tocaba la guitarra y me dijo: “por qué no te compras un bajo y tocamos juntos”. Yo ni sabía lo que era un bajo. Pero me pasó varios grupos en los que sonaba más el bajo, como Police, Jamiroquai…y me moló mucho. Con 14 o 15 años me puse a ahorrar pasta hasta que me pude comprar un bajo, me puse a tocarlo y a entenderlo, sentir la presión de los graves, concebirlo como la tierra sobre la que todo lo demás se mueve…y me enamoré del instrumento.
Tocas flamenco, jazz, hip hop, rock, funk… ¿todos estos estilos están mucho más hermanados de lo que el público piensa o cambias mucho de chip como músico en función de a lo que te enfrentes?
Si que están hermanados por el ritmo, la armonía… Luego cada estilo tiene sus claves. Al igual que lo tienen la bulería, los tanguillos o la soleá. Pero quizá si estás tocando jazz, por ejemplo, si que tienes que pensar un poco en el género que estás tocando. Pero yo al final siempre lo percibo como que estoy tocando música y me tengo que integrar con eso que estoy tocando. Siempre respetando ciertas claves o lenguaje de cada música, pero sin dejar de ser yo.
El pianista de swing Ignasi Terraza nos dijo en una entrevista: “Como músicos de jazz, necesitamos el ambiente y la proximidad con el público de las salas”. ¿Qué sería de la escena jazz madrileña sin las salas?
Es algo que se retroalimenta, nos necesitamos mutuamente. Los músicos necesitamos a las salas, y las salas necesitan a los músicos. La música necesita ser mostrada y la sala permite esa exposición al receptor. Es como una pareja en la que tiene que haber respeto. Si el dueño de la sala, además de mirar por el negocio, se preocupa por la música, la relación es maravillosa.