Has sido, ciertamente, un nómada. Dominicano de origen, con residencias en Estados Unidos, España y México. ¿Qué se llevó de Madrid tu música?
Fueron unos años importantes en mi vida, años de formación como músico. Empecé a tener una carrera musical formal aquí. Aprendía a ser más profesional en el ámbito de la música: entender lo que es un rider, entender lo que es una gira. También, en el plano artístico. Siempre he dicho que los españoles cuidan muchísimo más las letras. Empecé a escuchar a muchos más músicos, poetas y letristas españoles que me abrieron el vocabulario. Y me llevé esa importancia del texto en la canción.
Regresas el próximo miércoles 19 de junio con un concierto en El Sol, como parte del ciclo DÍA DE LA MÚSICA 2024 organizado por Madrid en vivo. ¿Cómo afrontas esta vuelta los escenarios madrileños?
Siempre que vuelvo aquí es con mucho cariño y mucha ilusión, emocionado. España de alguna manera es mi casa. Aquí viví muchos años y es como regresar a ese lugar donde todo empezó. Así que lo afronto con alegría y con mucha ilusión.
Eres un auténtico cancionista, en tu discografía las canciones son las que llevan el peso, independientemente de los arreglos. ¿Recuerdas cuál fue la primera canción que escribiste y cómo surgió?
Fue una canción para impresionar a una chica. No la impresioné mucho, y la canción no la recuerdo, así que tengo la sospecha de que no era muy buena. Fue a partir de la tercera cuando ya sí conseguí impresionar a alguna chica [risas]. Realmente empecé componiendo con la idea de que cantara otra persona. No me considero un frontman como tal. Me ha costado a lo largo de mi vida encontrar ese lugar donde me siento cómodo cantando. Siempre he sido un poco tímido en ese sentido.
Entre el 19 y el 23 de junio celebramos el DÍA DE LA MÚSICA 2024 en las salas, una efeméride que se celebra cada 21 de junio. A tu modo de ver, ¿por qué es necesario celebrar la música?
Por supuesto. Realmente celebramos la música cada día, el año entero. Me parece bien que se focalice en unos días en concreto, pero en los momentos bueno y en los momentos malos, siempre está la música. En mi caso, tanto como artista, como en mi parte de melómano. Utilizo la música como una especie de terapia vital, como una manera de llevar la vida. Y esto ocurre en todas las culturas, en todos los países, y a todas las edades. Somo seres sociales, y siempre vamos a celebrar la música,
¿Guardas algún recuerdo con especial cariño, de tus conciertos en las salas de Madrid?
Tuve una relación muy estrecha con la sala Costello. Es donde más toqué y donde más cultivé recuerdos. También toque en otras salas, como en La Riviera, teloneando a Supersubmarina. Pero quizá destacaría una vez que en Costello vino a cantar Iván Ferreiro, y fue un momento inolvidable.
Podríamos decir que fuiste uno de los precursores de la eclosión de “nueva canción latinoamericana” que se vive actualmente con artistas como Daniel, Me Estás Matando, Valeria Castro, Mi Sobrino Memo o Mon Laferte. Años atrás, ¿faltaba cohesión entre la música española y la escena latinoamericana?
Se empezaba a atisbar, pero llevó su tiempo. Sabía que tarde o temprano iba a pasar porque nos une el idioma, y también allí se reciben muy bien las propuestas españolas. La distancia es complicada, y no todo lo que funciona aquí, funciona allí. Pero si que actualmente se percibe mayor intercambio, e incluso más gente latina viviendo aquí, aportando su color, y eso es bueno.
Publicaste dos álbumes de versiones propias y ajenas, Canciones Para el Tiempo y la Distancia. ¿Tiene la música la capacidad de transportarnos a cualquier momento y lugar?
La música es una máquina del tiempo. Te lleva al pasado, pero también te hace soñar con el futuro. Por lo menos en mi caso. Desde luego tiene esa capacidad, si.
¿Dónde encuentra la música Alex Ferreira?
Uno intenta inspirarse en todo. Si tienes algo de que tirar, un hilo, ya sea la letra, la música, un cuadro, un libro, una experiencia, algo que te cuenta un amigo, o una ficción; eso hay que aprovecharlo y tirar de ello. Las canciones no llegan todos los días, y las que se quedan y conectan con la gente, menos aún. Nuestro trabajo es muchas veces estar despierto y buscar ese hilo del que tirar.
¿Alguna vez has sentido que la música te ha abandonado?
Para nada. Es un alimento con el que cuento, desde el latido de mi madre, hasta el día de hoy, he estado escuchando música. Es una obsesión que tengo ni una necesidad.
¿Qué hay en tu horizonte musical?
Justamente ahora me encuentro en ese proceso de composición, atento y vigilando de dónde puedo sacar una canción. Estoy en un momento en el que acabo de ser padre, viviendo otras experiencias. Antes me inspiraba más la noche, ahora me inspiran más la mañana y el café.
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