En 2021 publicaste tu primer álbum en solitario, Aguayro. Cuéntanos un poco cuáles son las claves del álbum. En la escucha se transita por muchos caminos y pasajes.
Aguayro recoge las composiciones de diferentes años, desde que fui a Holanda a estudiar la carrera de jazz hasta que se creó el álbum. Por ello tiene diversos colores y sonoridades, me enriqueció mucho esa etapa. Para mi representa la vuelta a vivir en Gran Canaria después de haber estado tanto tiempo fuera de ella. Fue una época muy feliz que quedó plasmada de esta manera en la música
¿Crees que, dentro del jazz, estas transiciones por distintos estilos son una de tus improntas como creadora?
Creo que sí. Desde muy pequeña he escuchado gran diversidad de estilos, que se quedaron en mis influencias a la hora de componer y de tocar. Nunca me identifiqué del todo con el lenguaje tradicional del jazz, así que construí mi identidad como música acercándome mas al rock o al hip-hop, sin dejar de lado la improvisación.
El próximo domingo 26 actuarás en Clamores de la mano del ciclo AIEnRuta Artistas. ¿Qué nos puedes adelantar de este concierto?
Habrá temas de este primer disco Aguayro que ya tenemos más que interiorizados y nos permiten explotar todo el potencial de la banda. También sonarán temas que he compuesto en esta última etapa, que estarán en el segundo disco en el que nos embarcaremos a principios del año que viene. Representan un cambio de sonoridad aunque la esencia permanece bastante. Habrá mucha energía, me gusta decir que hacemos punk jazz.
¿Qué te ha aportado haber sido uno de los proyectos seleccionados en el 2º Ciclo de AIEnRuta Artistas?
Ha sido toda una oportunidad por la que me siento muy agradecida. No es nada fácil mover un proyecto en solitario, y aún menos cuando se hace desde Canarias. La movilidad es un problema que tenemos a la hora de venir a tocar a la península. Con la ayuda del AIE ha sido posible que esto suceda y es muy importante para nosotros, tanto por la oportunidad de darnos a conocer en otros territorios como la de enriquecernos nosotros mismos de la escena de diferentes ciudades.
¿Cómo ha influido tu cultura de origen, la cultura canaria, en tu música?
La identidad canaria es un tema que me atraviesa bastante. Nuestro pasado colonial y como se ha transformado en conductas que perduran a día de hoy, ha hecho que me quiera acercar e intentar mantener viva una cultura que fue borrada casi por completo en la conquista. Aparte de que me parece una cultura muy rica e interesante que adoro introducir en el proyecto.
Te graduaste en el conservatorio profesional de Las Palmas a los 18 años, ¿qué te hace pasar del mundo académico a la música moderna o más concretamente el jazz?
Me llamó lo divertido entre muchas cosas. Amaba el clásico, pero la improvisación me atrapó, por intuición al principio y después con amigos del conservatorio con los que quedaba para tocar, juntos formamos mi primera banda: Zumurrud. Por eso me fui a La Haya a estudiar, concretamente jazz porque es lo único que podía estudiar sobre música improvisada con mi instrumento, pero fueron varios estilos los que me atraparon.
¿Cómo conjugas tu carrera solista con tu participación en otros proyectos musicales?
A veces el calendario se aprieta, pero por lo pronto puedo compaginar bastante bien el proyecto con participar en otras bandas. Me aporta muchísimo estar en Rupatrupa, por ejemplo. Giramos mucho y me mantiene muy activa. Tocar con diferentes músicos siempre te abre la visión e inspira mucho.
¿Qué te gustaría que el público percibiera en tu música?
La energía y honestidad con la que la interpretamos. Creo que es nuestro punto fuerte, así que si el publico percibe eso es que todo ha ido bien. Todos los temas los he compuesto desde experiencias que me han marcado mucho, y estoy segura de que en Clamores se podrá sentir así la música.