Acabas de publicar Susurros del Viento (2023), y llama la atención lo descriptivo de las letras. ¿De dónde ha salido la inspiración de este primer álbum en solitario?
La música digamos que es básicamente la música que escucho últimamente o que me ha acompañado a lo largo de la vida. Todo el tema más de folclore latinoamericano, brasilero. A base de lo que escucho, me sale componer. Y las letras, depende del momento. “Luna” fue un intento de escribir una décima y me salió fatal, la estructura no tiene nada de décima, pero me gustó la letra. Va un poco relacionada con afrontar esta soledad que pienso que hay en la sociedad de hoy en día. Que por mucho que vivas en una ciudad llena de gente, realmente estás solo.
¿Ha sido un trabajo que has compuesto recientemente o son canciones que has ido trabajando durante los últimos años y que se han concretado ahora?
Todas las canciones originales del disco las compusimos junto a Vicente López, mi guitarrista. Y todas ellas las escribimos durante el 2022 y luego las grabamos.
El 4 de febrero lo estarás presentando en Villanos. ¿Qué podemos esperar de este concierto?
Será un concierto en un formato un poco más íntimo que el disco, en formato trío, con guitarra, voz y percusión. Va a ser versátil, pasará tanto por los temas originales como por temas de toda la vida que nos gustan, arreglados a nuestra manera. Y también estamos presentando algunos temas de lo que será el nuevo proyecto a trío.
En el disco escuchamos catalán, castellano y hasta portugués en una versión de Djavan. Normalmente, ¿en qué lengua compones de forma natural y cómo desarrollas el proceso de composición?
Antes me salía más escribir en castellano, no sé por qué. Últimamente me está saliendo más en catalán, y tampoco sé por qué. No sé si va dependiendo de lo que quiera hablar, de lo que me diga la letra, no lo sé muy bien. El proceso creativo muchas veces parte de que algo en una libreta que tengo y entonces pienso una melodía. Otras veces es que estoy en el sofá con una guitarra y me sale, empiezo a cantar algo y me gusta. Es un poco mezcla. Muchas veces acostumbras a partir de la base de escribir un texto y luego musicarlo.
De todas las canciones que te inspiran. ¿Por qué has elegido versionar “Fato Consumado” de Djavan y “La Gavina” de Frederic Sirés?
“Fato consumado” fue una decisión de último momento. Queríamos hacer una versión de algún artista brasileño porque Brasil me ha acompañado muchísimo a lo largo de los años. No sabía muy bien que tema hacer. Estaba entre algún tema más clásico de bossa nova o algo así, pero sentía que no me acababa de representar. Quería hacer algo de Brasil más cercano a lo que estaba escuchando últimamente. Estaba escuchando un día el primer disco de Djavan y dudé si hacer “Fato Consumado” o “María das Mercedes”, pero me gustó la letra de “Fato” y tiré por ahí.
Y respecto a “La Gavina”, quería dar voz a las canciones tradicionales catalanas. Es una habanera muy conocida que ya había cantado en un proyecto de la escuela donde estudio, en la ESMUC. Me gustó mucho, y cuando estábamos pensado en el disco, quise incluirla, pero llevándolo a nuestro territorio, haciendo una versión completamente distinta, sin ser una habanera.
¿Qué ha supuesto para ti haber sido una de las artistas seleccionadas en la edición 14 de Girando Por Salas?
Estamos contentísimos, la verdad. Teníamos la idea de girar por salas de toda España, y haber sido seleccionados nos da la oportunidad de tocar en lugares muy distintos. También de ir a Canarias, de donde es mi familia.
Ya en 2019 habías publicado un álbum con el ilustre saxofonista Joan Chamorro. ¿Qué te llevaste de esta experiencia de colaborar con otros artistas?
Con Joan Chamorro había trabajado desde muy pequeña. Me dio la oportunidad de grabar este CD, yo propuse algunos temas y él otros. Al final es alguien con quien me he criado musicalmente durante un montón de años. Las colaboraciones te ayudan a aprender cosas nuevas en la música, con estilos muy distintos. Formas diferentes de pensar, de trabajar, de interpretar. Vas cogiendo mecanismo y consejos.
Los terrenos en los que te mueves, el folcore y el jazz, a veces son vistos, por desgracia, como músicas para gente mucho más mayor. ¿Cómo percibes tú estas escenas?
El jazz es una música que está muy viva y hay una escena joven de músicos increíbles. Por desgracia a veces si hay ese concepto de que es una música “antigua”, y se relaciona con gente más mayor. Pero hay un circuito muy activo de gente haciendo cosas muy distintas. También de folclore. Las músicas tradicionales se relacionan con un ambiente más “maduro”, pero a mí me gusta mucho despertar las tradiciones. En Latinoamérica tienen las tradiciones musicales todavía muy despiertas, sin embargo, en Europa, por desgracia, se han ido diluyendo y deberíamos recuperarlas.