“As Time Goes By” [“A medida que pasa el tiempo”], la icónica canción interpretada por Dooley Wilson (Sam) en Casablanca, podría ser la perfecta alegoría del aniversario de la sala Clamores. La canción compuesta por Herman Hupfeld sigue tan vigente como el trabajo de Clamores en estas más de cuatro décadas como pieza clave del tejido cultural de Madrid. Y a pesar de las nuevas olas, tendencias y modas, como “As Time Goes By”, ha mantenido su esencia jazzística, acogiendo, también, nuevos estilos y la evolución propia de la música popular.
“Clamores nació un verano de 1981. Eran tiempos agitados en España con los primeros pasos de la democracia y el 23F. Mientras, en Madrid se desarrollaba la Movida de la cual Clamores forma parte, aunque desde otro lugar. La sala comienza como una coctelería y champagnería. Sin embargo, uno de sus fundadores, Germán Pérez (q.e.p.d.) quien había realizado varios viajes por EE. UU. trae de ellos el amor por el jazz. Inspirado en las salas de jazz de New York y Chicago desarrolla una programación jazzística que vuela en alas de una nueva generación de músicos españoles y figuras internacionales” explica Maximiliano Raigal, copropietario de la sala, sobre los orígenes de Clamores.
De sus palabras es fácil deducir la importancia que tuvo Clamores en el momento de su apertura y cómo se convirtió en uno de los templos del jazz de Madrid. Un espacio pionero en la programación de este género capital en la historia de la música del siglo XX. Pero tan importante es establecerse como evolucionar, sin perder la identidad, por supuesto: “en los 80’s la programación es solo jazz. Luego en los 90’s se incorpora blues, tango, bossa, flamenco, etc. En 2015 la sala hace un viraje a músicas negras y ya en los últimos años incorpora músicas urbanas. Todo sin perder de vista las raíces de la sala” recapitula Maximiliano.
Si Clamores nació en una época convulsión social en España, el resto de su historia no ha sido un camino de rosas. El apagón económico que supuso la pandemia puso a las salas contra las cuerdas: “Clamores sufrió un interminable cierre forzado que puso a prueba su vitalidad. La sala se puso en un estado de hibernación a la espera del final de este oscuro periodo”. Pero, como dice Simeone, “el trabajo paga” y en Clamores no bajaron los brazos “ha salido con mucha fuerza de esta crisis y hoy por hoy está en uno de sus mejores momentos”.
Esta remontada tuvo su punto de partida solo un año atrás: “el [concierto] de Raimundo Amador en junio de 2021. Fue después del cierre pandémico y el pistoletazo de salida de los festejos por el 40 aniversario. Fue como si la sala quisiera exclamar que estaba viva y con más ganas que nunca” recuerda Maximiliano. Y miran al futuro desde la realidad, sin quimeras: “este es un trabajo constante. El futuro lo escribimos día a día. Directiva y empleados, algunos con más de 20 años en la empresa, afrontamos cada día con muchísimo amor por nuestro trabajo. Y este es, creemos, el secreto del éxito de Clamores”.
Para amantes de la música será también la celebración del 41º aniversario, que llevará a Los Mambo Jambo, el próximo sábado 2 de junio, al escenario de Clamores. Una oportunidad única de disfrutar de una banda que sintetiza a la perfección el espíritu de la sala y brindar por otras cuatro décadas de música en vivo sobre su escenario.
