Andrea Buenavista ha llegado dispuesta a hacerte llorar a través de unos auriculares enredados, en el metro o en un Alsa a media noche. Pero también ha venido para gustar y hacer reír a todas las madres de cada lado del océano. Andrea Buenavista se presenta como una suerte de crooner, de las que susurran con despreocupación y voz grave sobre amor, despecho, corazones más vacíos que la despensa de una casa de verano durante el invierno, mentiras y todas esas situaciones cómicas que, vistas con distancia prudencial, brinda la amargura (como claman las folclóricas).
«Penas de Amor» su último trabajo, editado por Sonido Muchacho. Llega a la sala El Sol para el deleite de sus seguidores.