Hubo un momento, poco después del cambio de siglo, en el que la historia de Patrick Watson se escribía a partir de otros. ¿El sucesor de Rufus Wainwright? ¿El cantautor que le ha ganado el Polaris Music Prize como mejor disco canadiense del año a Arcade Fire y Feist con Close to Paradise? ¿El amigo de The Cinematic Orchestra? Pero llegó otro momento, no mucho después, en el que su relato de folk teatral se volvió tan desbordante que empezó a ser solo suyo. Y lo que fue todavía mejor: el relato de otros empezó a escribirse a partir del suyo. ¿O acaso falta alguien por romantizar un paseo normal y corriente solo porque Lighthouse, Je te laisserai des mots o The Great Escape suenan en los cascos? Una experiencia totalmente recomendable.