En un panorama en el que cada vez menos artistas lanzan discos, vosotros habéis publicado dos álbumes en los últimos tres años. ¿Qué tiene Alegría (2023) que no tenía Fiesta Nacional (2021)?
Como su propio nombre indica, alegría. Era un respiro de todo lo que hicimos con el primer disco, que veníamos de componerlo en época de pandemia, con ese autoengaño buscando la esperanza de que la música sale mejor. Queríamos reflejar un poco todo eso, el tema compositivo que hicimos en Alegríoque fue súper cómodo fue súper estuvimos súper tranquilo, con menos agobio. Esa experiencia se notó a la hora, tanto de la composición, como de la producción. Al final nos sentimos como muy libres, sin filtro. Eso le dio ese toque un poco más “humanista”, que nos gusta a nosotros decir.
Además, ambos discos son autoeditados. Imagino que no han faltado ocasiones de sumarse a algún sello, ¿preferís hacer las cosas a vuestra manera?
También trabajamos conjuntamente con Las Amigas, son como nuestra familia en la música. Nos han llegado contratos de sellos más grandes, pero nos gusta seguir haciendo las cosas a nuestra manera, a nuestro ritmo. Creemos que, si entramos en un sello, podemos perder esa esencia. Terminas buscando que algo que no has decidido tu. A nuestro modo de ver, la autoedición es lo más interesante. Aunque siempre esté el problema del dinero [risas].
Precisamente estaréis presentando Alegría (2023) en El Sol el 18 de enero dentro de Inverfest. ¿Cómo afrontáis este concierto?
Con muchas ganas, con muchísimas ganas. Es el último de miles que hemos hecho este año. Vamos a hacer el cierre, el fin de gira, y estamos preparando bastantes sorpresas para celebrarlo y despedirnos a lo grande. Revisitaremos canciones antiguas, seguiremos cantando canciones que hemos estado cantando en Alegría Club, que es lo que hemos estado haciendo hasta ahora y quizá alguna sorpresita de canciones nuevas. Y ojo, que puede ser que se suba alguien al escenario de sorpresa, que todavía no sabemos.
¿Eso significa que habrá nuevo disco de Morreo pronto?
Mmm…Si [risas]. Bueno, estamos haciendo cosas. No sabemos en qué se puede materializar. De momento, es bastante distinto a lo que hemos hecho hasta ahora. Vivimos un momento que nos hace estar muy contento, se nos nota hasta por teléfono que estamos con una sonrisilla [risas]. Tenemos muchas ganas, y entramos a grabar en unos pocos días. A ver qué sale.
Desde la perspectiva de artistas, ¿qué supone para vosotros formar parte de un cartel tan especial como el de la décima edición de Inverfest?
Un lujo. Inverfest es el festival de referencia del invierno. Todos los festivales se enfocan mucho en el verano tienen esa sobresaturación que hemos vivido este año de carteles y de artistas, y creo que es como una vuelta lógica y súper eficiente. Y sobre todo que se celebre en las distintas salas de Madrid, en espacios que son de música en directo. Para nosotros es una suerte, porque por Inverfest ha pasado gente que para nosotros son también referencia, tanto dentro de la música por lo que hacen, como fuera también por su discurso. Nos parece como muy guay, así que encantadísimos.
Había una época, hace 10 o 20 años, en la que parecía que decir que una banda hacía pop era casi peyorativo. ¿Hemos superado ese complejo absurdo?
Si. Y creo que está pasando ahora con el indie, parece que hay cierto miedo a decirlo. Pero las barreras se están difuminando mucho, y, sobre todo, la gente más joven, no tiene tan presente los géneros. Creo que eso es algo bastante guay para explorar. Al final, si rompes eso y lo haces todo desde una perspectiva, en este caso, como el pop, que todo pasa por ahí, pues bienvenido. Ahora da igual lo que hagas, va a estar bien visto, mientras lo hagas tú y no haga daño al resto. ¡Viva el pop!
Vosotros de hecho, dentro del marco pop, os atrevéis con casi todo, recientemente habéis estrenado una versión del archiconocido tema de corte discotequero “Las 12”, y por ejemplo la música y el título de “Pansequito” tienen mucho de flamenco. ¿Es una de vuestras premisas a la hora de crear, explorar todas las sonoridades posibles?
En el primer álbum sí que es verdad que no lo hicimos tanto. Fuimos a una sonoridad un poco más de los 60 y de los 70. Hicimos más trabajo de campo, de investigar canciones propias de esos años. Pero sí, que en Alegría lo que quisimos hacer es meternos en distintos géneros. Ya no solamente el flamenco o el pop, investigábamos muchísimo bachata, salsa, boleros, cumbia…Hicimos investigación del sonido y también de cómo creaban esos sonidos. Dijimos, “ostras, molaría hacer como un combinado”. Nuestra música nos gusta mucho decir que es “pop vibrante”. Investigar ese mundo, coger esos sonidos que nos parecían más interesantes, y llevarlos a algo un poco más pop. Y de ahí salió Alegría.
¿Cómo valoráis el estado de la escena musical española? Propiamente, echando un vistazo al cartel de Inverfest se ve un gran abanico de artistas nacionales con propuestas muy diversas
Es algo importantísimo que exista y que se lleve adelante. Últimamente estamos viendo que hay mucha gente nueva. Al final eso creo que le aporta valor. Al final cada uno tiene algo que contar, tiene algo que decir. Esa variedad lo que hace es enriquecernos los unos a los otros. Hay grupos que tienen las orejas bien abiertas, y abrazan todo. Nosotros estamos en esa parte.
¿Qué tiene Morreo que os hace únicos?
Ganas de pasarlo bien. Parece que en la música hay mucha reverencia a lo culto. A que todo sea serio y suene perfecto. Lo que hemos hecho con Alegría en las salas, con Alegría Club, es que para nosotros lo más importante es que se lo pase bien la gente. Muchos músicos se centran en hacerlo súper bien y se olvidan del público, que es lo que diferencia un directo de disco. Nos gusta que el público sea parte del concierto.
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