Laura Abadía Motos nace en el madrileño barrio de Tetuán, en el seno de una familia gitana de la que han salido relevantes guitarristas y cantaores, como Rafael Farina, José Peña Grande y su primo Rafita de Madrid. Es una de las grandes estrellas del show de Cardamomo. Posee una voz única, fuerte y extremadamente sensitiva, comparable al vaivén de las olas del mar. En su garganta conviven los elementos más desgarradores del flamenco con el nervio más profundo del soul. Una voz solista perteneciente al subgénero afrogitano. Laura interpreta un número especial en Cardamomo que rompe la línea clásica de lo que acostumbramos a ver en un tablao flamenco. Una mujer que muestra su verdad a través de una de las voces más conmovedoras del universo flamenco.
Madrileño y de O´Donnell, a escasos minutos de los mayores y más reconocidos templos flamencos de la capital que, a día de hoy y desde hace muchos años, se llenan para disfrutar de un artista que por donde pasa, no pasa desapercibido. No fue la voz, ni tampoco lo pies, los que marcaron su destino en la música, si no en sus manos, como no podía ser de otra forma. De casta le viene al galgo y por sus venas corre sangre del grandísimo Agustín Castellón “Sabicas”. El saxo y la Flauta de Jesús Montoya han sondo en todos y cada uno de los tablaos madrileños, destaca “El corral de la Pacheca”, donde su música sonó durante 5 años. En el círculo flamenco, Jesús Montoya tiene un lugar de admiración y reconocimiento por sus propios compañeros. Algo nada fácil de conseguir. Algunos artistas que reclamaron su sonido tan flamenco y personal son: Antonio Vargas “Potito”, Elena Vargas, Sebastián Heredia “Cancanilla de Málaga”, entre otros. Está muy presente en grabaciones y colaboraciones de Jazz y Latín Jazz y es componente principal del grupo “Los Yakis”. Actualmente trabaja con Joaquín Cortés en su último espectáculo llamado “Zapatitos Blancos”.