LOS IMPRESCINDIBLES DE PACO ALCÁZAR

Comenzamos a trabajar con él en la campaña 'Madrid Me Gusta' y nos sorprendió tanto su trabajo que hemos decidido indagar
Paco Alcázar empezó su carrera como dibujante en los 90, publicando historietas caracterizadas por un humor negro y salvaje que acabaron recopiladas en los tebeos The Lovesucks Experience (Mono Gráfico, 1994) y ¡Escarba, escarba! (Subterfuge, 1997). Después cambia de registro para seguir contando cosas igualmente agradables en Porque te gusta (Subterfuge, 1999), Moho (D2ble D2sis, 2000) y Todo está perdido (D2ble D2sis, 2001). En 2002 fundó junto a Miguel B. Núñez la revista de comics Recto. Entre 2005 y 2014 colaboró semanalmente en la revista El Jueves, dibujando las historias de Silvio José, el buen parásito. Tras abandonar El Jueves en 2014, pasó a formar parte de la revista digital Orgullo y Satisfacción. En los últimos tiempos su trabajo ha aparecido en publicaciones como El Víbora, Recto, Blab!, NSLM, El País Semanal, El Manglar, 40, Rolling Stone, MAN, Cinemanía Rockdelux o Mongolia. Ha publicado ocho libros de ilustraciones y, paralelamente, a su trabajo como dibujante, Paco Alcázar mantiene una larga actividad como músico grabando bajo diferentes pseudónimos -Van Delay, Robo-Tronik o Funnier Than Suicide- o formando junto a Miguel B. Nuñez el dúo de electro-punk Humbert-Humbert. Precisamente a esta faceta como músico corresponden sus Imprescindibles que aquí reproducimos: 
 
SU DISCO FAVORITO: Si tuviera que elegir sólo uno, probablemente sería “Fear of Music” de Talking Heads. Para mí es un disco perfecto; las canciones de David Byrne son todas increíbles y Brian Eno le dio a la cosa un aire experimental, misterioso, hipnótico… Pero al mismo tiempo el disco resulta tan pop y funky como todo lo anterior de Talking Heads. En fin, es uno de esos discos que me sé de memoria de principio a fin y me emociona cantarlo enloquecidamente mientras lo escucho. 

 
SU GRUPO O ARTISTA: Otra vez me resulta muy difícil elegir sólo uno (¡ya tengo una edad!) pero me quedo con The Fall o, lo que es lo mismo, las distintas asociaciones músico-psiquiátricas-esclavistas del gran Mark E. Smith. No sólo por su longevidad artística, sino por la calidad de lo que ha creado en cada época de la banda. Para mí hay pocos grupos que tengan en sus discos la cantidad de diamantes que han firmado The Fall. Aparte, Smith como personaje me resulta fascinante. 

UN CONCIERTO: Tengo un recuerdo muy feliz de ver a Sonic Youth en 1990, en la sala Studio 54 de Barcelona. Presentaban “Goo” y yo llevaba unos meses muy flipado con el grupo. Me acuerdo de estar frente a uno de los altavoces y sentir el impacto del feedback en el cerebro. Era una época de mi vida de muchos descubrimientos musicales (y no musicales) y aquello, de alguna manera, marcó un antes y un después.  

UNA GIRA: La verdad es que no soy muy de ir a grandes conciertos o giras multitudinarias. De las pocas experiencias que recuerdo en esa línea, fue ver a los Rolling Stones en el estadio de Montjuïc (también en el 90) más por la mitomanía de verlos a ellos que otra cosa. Todavía estaba Bill Wyman en la banda y recuerdo la sensación general de “estos abuelos deben estar a punto de separarse”. Qué ilusos. 

 
UNA SALA DE CONCIERTOS: De las actuales y tanto como espectador como cuando he dado conciertos, me quedo ex aequo con Siroco y El Juglar. Son la clase de sala que más me gusta por aforo y tamaño y el equipo de las dos suena bien. De Siroco en especial tengo muy buenos recuerdos de la gente de la sala y de pasármelo muy bien actuando allí. 
 

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