Acabáis de lanzar el disco en directo Aullando en la Movida (Monokord Music, 2022). ¿Qué nos puedes contar acerca de este lanzamiento?
Es nuestro primer disco oficial en directo. Nos encanta, estamos muy orgullosos de él y la verdad, se está vendiendo bien, además colabora la Crem de la Crem del rock & roll patrio de la movida madrileña y suena de lujo. Viene acompañado de un libro de 20 poemas, 20 Disparos Canallas (La Discreta, 2022), 10 poemas míos y 10 de nuestro literato baterísta, Ricardo Virtanen, un libro que da cierto sentido al disco y un matiz diferente a Lobos Negros, lo misterioso, lo mágico, lo literato. Lo edita Monokord Music y la editorial La Discreta, la verdad, estamos muy contentos con ellos.
Está grabado en la sala Honky Tonk. El próximo sábado 2 de abril daréis un nuevo concierto allí presentando este álbum, ¿se vivirá algo parecido?
Será incluso mejor. En directo lo damos todo, preparamos los shows y los dedos bailan por las guitarras que es un primor. Nos encanta tocar rock & roll, lo llevamos dentro. El día 1 en la sala Rompeolas, calle Torrelaguna 18, metro Palos de la Frontera, haremos un precalentamiento a base de un pequeño acústico y firma de discos. También responderemos a las preguntas que nos formulen los medios que vengan.
Casi 40 años de Lobos Negros, toda una vida. ¿Resistir en el mundo de la música sin una multinacional detrás es un ejercicio de supervivencia?
Está claro, pero la pasión está por encima. Seguimos descubriendo grupos alucinantes y rebuscando en matices ochenteros, sin perder nuestras raíces de blues y rock & roll de los 50’s. Ten en cuenta que los grandes grupos (Beatles, Los Stones…) empezaron con el blues y el rockabilly. Para nosotros la música es como la vida misma, si dejas de escucharla envejeces rápidamente. La música es como el sol, el agua, los amigos… no podemos vivir sin ello.
¿Cuál ha sido el momento más dulce de la trayectoria de Lobos Negros? ¿Y el más amargo?
Uno de los momentos más dulce de Lobos Negros fue cuando estuvimos de grupo invitado de Brian Setzer (Stray Cat). Y los días amargos vienen cuando te enteras que algún proyecto o evento gordo se te ha caído. Por suerte son más los que salen que los que se caen.
¿Qué han supuesto las salas de concierto de Madrid en la trayectoria de Lobos Negros?
Eso es el maná, es un oasis para los musicos. La pena es que antes había muchos sitios pequeños donde tocar que te pagaban un fijo y eso era un sustento maravilloso.
¿Destacarías algún momento especial de los que has vivido en las salas de concierto de Madrid?
Muchos momentos especiales. Lo bueno que tienen estas salas madrileñas es que el contacto directo con la gente es una maravilla y haces grandes amigos, grandes fans. Eso es algo especial que tiene Madrid. En los conciertos de Lobos Negros te puedo asegurar que se hacen grandes amigos, la gente que viene a vernos siempre hace buenas amistades y repite.
¿Va a morir el rock & roll?
El rock & roll es materia y espíritu. Es eterno, cuántico. Nunca morirá. Siempre aparecerán bandas que mantengan viva la llama, aunque les pese a muchos, a los ignorantes y los horteras.
¿Qué bandas actuales crees que son el baluarte de este género?
Seguro que hay bandas muy buenas que desconozco. En España me siguen encantando los antiguos Mermelada ahora J.T. Band y a otro nivel me encantan Jim Jones Revue. Por lo demás espero que Madrid siga siendo tan creativa y glamurosa como siempre. Que vuelvan los buenos tiempos de los 80 y la maravillosa noche madrileña que grandes recuerdos nos dejó. Madrid recoge y acoge, es junto con Talavera, nuestra segunda patria.
Agradecimientos de Lobos Negros/Luis Martín: Mil gracias a Migel Ángel, Susana Cañí de Monokord Music, Santiago López Navia de la editorial La Discreta, y Toni Rubio. Y por supuesto a todos nuestros fans.
