Las salas cumplen con todas las medidas sanitarias.
Está reglado y demostrado: las salas garantizan la máxima seguridad frente a los contagios. El uso de mascarilla es obligatorio y está controlado, los aforos se han adaptado y hay puntos de desinfección habilitados y sistemas de ventilación y renovación del aire.
¿Vas en metro?¿Al supermercado?¿En bus?¿Al fútbol?¿De compras?¿Y de concierto no?
En el día a día, realizamos acciones, por costumbre o por obligación, que suponen los mismos contactos o más que los que se pueden dar en una sala o un teatro, por ello debemos aplicar el sentido común.
Las vacunas funcionan.
No lo dice La Noche En Vivo, lo dicen los expertos, los científicos y los datos. Esto es aplicable a cualquier ámbito y es lo que nos ha permitido recuperar esta normalidad relativa. Aún estando vacunados hay que ser cuidadosos, pero también debemos aprovechar la seguridad que la vacuna nos brinda.
Las salas, los músicos y los profesionales del sector lo necesitan.
No es que ir a un concierto u otro acto cultural se haya convertido en una obra social, pero la realidad es que hay cientos de personas y familias que han apostado su vida a la oferta cultural y musical, y hay que saber corresponderles y demostrarles nuestra confianza en los momentos más complicados.
“Me encanta la música” DEMUÉSTRALO.
“Me gusta leer, salir con los amigos, el cine y la música” pero ni compro libros, ni voy al cine, ni a conciertos, y encima mis amigos no me avisan de las quedadas. Son algunos clichés de esta era tan social, pero la realidad es que sin el apoyo del público de las salas, cientos de bandas que ahora todos escuchamos nunca habrían llegado a donde están. Quizá por las dificultades de la situación actual muchos grandes artistas se están perdiendo por el camino.
