Para La Noche en Vivo, el Flamenco es uno de los mayores valores de la música en directo. Ha sido muy difícil para todos nuestros escenarios mantenerse estos momentos de pandemia y consideramos que debemos esforzarnos por recuperar a los tablaos madrileños. Hoy en día, poco a poco, vuelven a su actividad. Está siendo muy lento debido a que la gran mayoría de ellos dependen de un público internacional que aún no ha regresado a nuestra ciudad.
El martes 16 de noviembre, fecha en la que celebramos que el Flamenco fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, quisimos reunir declaraciones de los responsables de los tablaos madrileños para que nos comentaran la situación actual del sector.
Cardamomo – Ivana Portoles
Abrimos todos los días, pero con mucho menos personal que antes. Programamos todos los días tres pases, pero muchos días hemos suspendido por falta de reservas y el pase que hemos tenido ha sido al 30% del aforo.
La respuesta del público está siendo buenísima, aunque haya poco público el feedback es mejor que nunca, también es verdad que estamos programando las mejores actuaciones de nuestra historia, ya que hay más oferta artística que antes al alcance de nosotros.
No se ha recuperado en su totalidad y se nota que hay poco público. Aun cuando llenamos un pase, tenemos un 30% menos de público que cuando llenábamos en el 2019.
Los artistas han sufrido la pandemia por no tener ingresos y seguir teniendo que mantener el nivel artístico a base de ensayos diarios, necesitan actuar y ensayar, o pierden la forma, como los deportistas de élite. Sin salas donde actuar, sin duda se perderían artistas que tendrían que trabajar en otras profesiones. Están económicamente mal, pero anímicamente con muchas ganas y total entrega cada minuto que están en el escenario o ensayando en sus casas. El artista es feliz cuando puede mostrar en el escenario, el nivel artístico al que va llegando.
Madrid es la capital internacional del flamenco sin lugar a dudas, todos los mejores artistas vienen a actuar o se quedan a vivir en Madrid para darse a conocer. La competencia de actuaciones en Madrid, tiene un muy alto nivel en general.
Para mejorar, debemos crear un sello de calidad artística del arte flamenco, que reconozca una sala con programación seria, estable y que no tiene nada que envidiar a la programación de un gran teatro, tal y como hacemos con el Jamón Ibérico y con el aceite de oliva, porque por unos pocos que programan cuadros flamencos de risa, todos los demás sufrimos la descalificación de "espectáculo para turistas" que es lo mismo que decir que no da la talla para los españoles, cuando la realidad es que todos los españoles que vienen a nuestros espectáculos siempre se van diciendo " ahhh creía que me iba a tragar un muermo y he salido sorprendido del nivel, volveré".
El Corral de la Morería – Juanma del Rey
En la actualidad Corral de la Morería se encuentra abierto cinco días a la semana, de jueves a lunes cerrando los martes y los miércoles y estamos programando dos actuaciones diarias, una a las 7:30 y otra a las 9:30. Tenemos una actividad prácticamente normalizada.
La respuesta del público está siendo muy buena en Corral de la Morería desde que hemos abierto el pasado 1 de octubre hasta ahora. Todavía no se ha recuperado suficientemente el público internacional, pero estamos llenando con público local de Madrid y con público nacional, que está generando una demanda muy fuerte tanto de la programación artística en el Corral de la Morería, como de la oferta gastronómica. En este momento estamos llenando la sala todos los días para los dos espectáculos diarios.
Los artistas necesitan a los tablaos y el Corral de la Moreria y los tablaos necesitan a los artistas. Es un drama que haya desaparecido en España un 40% de los tablaos flamencos y en Madrid más de un 30% . Entre ellos algunos de los tablaos flamencos históricos y más emblemáticos. Durante la pandemia los artistas han sufrido mucho por la falta de actuaciones y la falta de ingresos. En este momento gracias a la apertura de los tablaos flamencos y a la reanudación de la actividad artística, la situación ha mejorado para los artistas, pero todavía hay muchos que no han podido volver a su actividad artística por la desaparición de tantos tablaos flamencos.
Madrid es la capital mundial del flamenco. Es la ciudad que más tablaos flamencos tiene del mundo y de mayor calidad. Desde los años 50 en que surge el fenómeno de los tablaos flamencos, que se origina en Madrid con Corral de la Morería, todos los grandes artistas de España vienen a triunfar a los tablaos flamencos de la capital.
Los tablaos de Madrid son al flamenco como la Plaza de Las Ventas a los toros. Tras 65 años de tablaos flamencos y millones de personas que han pasado de todo el mundo por los ellos, el flamenco es conocido, admirado y venerado en todo el mundo gracias fundamentalmente a los tablaos flamencos de Madrid. Los tablaos flamencos son una de las fortalezas de Madrid y uno de los elementos más importantes que diferencia la experiencia de Madrid y su autenticidad y esencia de otras grandes capitales del mundo.
Es necesario que se reciban compensaciones económicas por los cierres y limitaciones que han obligado a la inactividad en los tablaos de Madrid durante más de un año o incluso año y medio. Y que han llevado al cierre a muchos de ellos y a situaciones de endeudamiento limite a los demás. Es imprescindible que continúe incrementándose la implicación de las instituciones de Madrid para proteger, fomentar y apoyar la actividad de los tablaos flamencos de nuestra Comunidad, a través de una sólida colaboración público privada. Ayudando a la modernización y digitalización de los espacios. Y patrocinando la programación artística para mantener su enorme calidad. Incorporando además la programación de los tablaos flamencos a la oferta cultural de la ciudad y acercándola tanto al madrileño cómo al público nacional e internacional a través de campañas locales, nacionales e internacionales.
Torero – Essential Flamenco – Ramiro Figueroa
Hemos aprovechado la pandemia para hacer una reforma integral de la sala, y aunque nos hemos endeudado hasta lo impensable, hemos logrado nuestro objetivo: hacer una sala elegante para el flamenco, porque el flamenco es una música elegante.
Hemos huido de la decoración típica andaluza (mantones de manila, sillas de enea, platos de cerámica y cacharritos de cobre en las paredes) que no hace otra cosa que insistir en la confusión que mezcla el folclore andaluz con el cante jondo. García Lorca escribió: "El folclore andaluz (el baile de Sevillanas, por ejemplo) es color local, el flamenco jondo es color universal, esa es la profunda diferencia"
Estamos programando dos pases diarios todos los días, aunque al haber menos turistas, están muy pobres de público. Para nuestra desgracia, y para la del flamenco, el 95% del público es extranjero. Nuestro propósito es atraer al público español a esta, la música más representativa de España. Como es notorio, todavía no hemos vuelto al volumen turístico que tenía Madrid antes de la pandemia.
Los artistas nos necesitan. El flamenco, como bien dijo Paco de Lucía cuando le entregaron el Premio Príncipe de Asturias, es una música maltratada. Por ende, sus artistas corren la misma suerte. Prácticamente todos los músicos flamencos viven a diario de las actuaciones en los tablaos flamencos. Al languidecer estos, hay menos trabajo para cantaores, tocaores, bailaores, etc.
Madrid debería ser la capital internacional del flamenco, pero la atención que recibe en el resto del mundo es bastante más de la que se le da en nuestro país. En Japón hay 600 escuelas de flamenco y 100.000 estudiantes de este arte. Extrapolando estos datos, ¿deberíamos decir que Tokio es la capital internacional del flamenco?.
El estado español debería tutelar y apoyar económicamente este arte grande, sobre todo a tablaos como el nuestro, que apuestan por la pureza y el respeto al flamenco, aunque eso suponga una merma importante en los beneficios comerciales: No damos cenas, no usamos amplificación porque optamos por un volumen de público reducido (60 personas). Así era el flamenco hace 100 años: Un ramillete de artistas rodeados por el público, en silencio, con respeto, con emoción. Sin el jaleo que conlleva un restaurante. El flamenco es un arte que se sustenta por sí solo. No debe ser el acompañamiento musical para amenizar una cena. Eso es un despropósito.