El sentimiento y el arte son bienes que se crean en muchos casos en momentos efímeros pero únicos. La magia que transmiten los artistas que semana a semana, día a día, despliegan su pasión por los escenarios de Madrid. Y si el flamenco es algo es eso, sentimiento y magia, además de saber.
Reconocido y apreciado, el flamenco es uno de los mayores reclamos para los amantes de la música de todo el mundo. Reconocido porque según Manuel Tañe, experimentado cantaor jerezano, habitual invitado de tablaos como Cardamomo o el desaparecido Casa Patas, y que ha recorrido gran parte del mundo trabajando, “solo sale lo mejor”.
Consolidada y asentada desde hace años con espectáculos que recorren el globo Sara Baras está este mes con su última función Sombras en el Teatro Rialto. Un show en el que la estrella inunda la sala de sentimiento y misticismo con sus movimientos.
Figura consolidada también y jóven, el gaditano Eduardo Guerrero está exhibiendo su espectáculo Retorno en Corral de la Morería, uno de los templos de este arte y culinario. Con estudios profundos en danza y baile ha recorrido el mundo mostrando su saber en lugares como el Festival de Estrellas del Museo Guggenheim de Nueva York. Su afinidad con la música también le ha llevado a colaborar en conciertos de Pasión Vega o de India Martínez. “El flamenco es universal y creo que en la capital se cuida mucho. He escuchado muchas veces decir que había que venir a Madrid a hacer los estrenos. El paso por la capital es muy importante, aunque yo viniendo desde Cádiz, donde tengo mucho apoyo, pero Madrid me ha dado muchas oportunidades y siempre estaré agradecido.”
Cardamomo es otro de los referentes que continúan manteniendo vivo este patrimonio. Aunque tienen más o menos un cuadro de artistas fijos siempre dan regalos en forma de invitados de gran nivel al baile y también al cante o a la guitarra. Paula Rodríguez Lázaro es una de las bailaoras habituales del cuadro y como la mayoría no es oriunda de Madrid. “Todos los profesionales nos juntamos un poco aquí porque nos desarrollamos artística y humanamente”.
Saúl Quirós, cantaor del equipo del Torero-Essential Flamenco, no es tan conformista aunque es uno de los artistas más involucrados en la escena madrileña. “En Madrid no se valora a veces el flamenco como debería. He estado en ciudades y países donde se valora muchísimo, como Japón”.
Lo que los tres reconocen es que el tablao es fundamental para hacerse como un profesional del mundo flamenco. “La cercanía, el encuentro, el público, te enfrentas a tí mismo cada noche con un público dispar. La labor de emocionar a los presentes, convencer a todos, aficionados o no cada día, para que no se les olvide y ame este arte, la da el tablao” explica Eduardo Guerrero.
Las tablas en esta profesión las coges trabajando y para Saul Quirós está claro. “Es la universidad porque es donde se desarrolla uno como artista día a día, donde se está en contacto con el flamenco siempre, con compañeros de los que aprendes, entre otras cosas, a saber estar en un escenario te lo dan los tablaos”. Un espacio donde se comparten muchos sentimientos afirma Paula Rodríguez Lázaro. “Es donde llevas tus penas, tus alegrías, tu estado de ánimo del día a día y donde aprendes a batallar con esas emociones”.
“Es el templo del arte. Siento cada vez que subo a su escenario la energía de cada uno de los artistas que han pasado por esas tablas. Uno de los espacios con más prestigio del mundo y fue el primer tablao al que me subí. Es como estar en casa, pero no con la comodidad, sino por sentir ese calor siendo de fuera. Los principios de esa casa no los puedes olvidar. Blanca del Rey me ha contado muchas historias que han ocurrido allí, esas noches mágicas que siguen ocurriendo, momentos maravillosos que guardo en mi corazón porque he vivido en esas tablas mucho”. Así ha expresado Eduardo Guerrero su relación con el Corral de la Morería.
“Lo más bonito es que somos como una familia. Nos queremos y cuidamos como tal. Para muchos es como nuestra segunda casa ya que pasamos más tiempo allí que en nuestra casa” expone Paula Rodríguez Lázaro del Cardamomo.
“La cercanía con el público. Se ve a los artistas al desnudo, sin trampa ni cartón. El formato es distinto en ese sentido” explica Saúl Quirós sobre el espectáculo realizado y dirigido por el reconocido bailaor Juan El Mistela que está en cartel todos los días de la semana en Torero-Essential Flamenco.
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