El vaivén de una montaña rusa puede marear o ser la mejor sensación que se sienta. Orientar un cúmulo de proyectos diferentes y llevarlos a puerto mientras estás subido en una es un mérito.
Toñín Beltrán es analista programador y un activo emprendedor entre otras cosas. “A parte de Búho Real tengo dos restaurantes, uno en el sur en Torremolinos, y otro que he abierto hace poco en la zona de Ópera, en Madrid, que es Estando Contigo”.
Lleva más de dos décadas al frente y en todos los puntos cardinales del Búho Real, una de las salas más veteranas de Madrid, que en 2019 celebraba su 35 aniversario. “Mis funciones en el Búho Real son coordinar todo lo que ocurre en el local, tanto programación como pedidos, en definitiva llevar la sala”.
La afición por la música le hizo embarcarse en la sala de directos pero la pasión por las atracciones le ha llevado más lejos aún. “Entre mis aficiones lógicamente está la música. Me gusta mucho el piano, me encanta lo que es toda la música nueva y soy muy fan de las montañas rusas. Soy miembro de varios clubes, unos españoles y uno alemán. Nos dedicamos básicamente a visitar países, exclusivamente parques temáticos y atracciones de feria”.
Tanta emoción, tanta curva, tanto zarandeo y tanta adrenalina dejan a cualquiera baldado. Menos mal que siempre están los compañeros. “Una vez me tocó hacer el sonido de un cantautor que ofreció un concierto lento. Yo estaba hecho polvo y lo que pasó fue lo esperado. Acabé dormido como un tronco roncando a todo volumen con lo que asusté a todo el público. Vino uno de los camareros a despertarme.”
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