UN BEATLEMANÍACO EN LA CORTE

Carlos Siles es periodista, músico, emprendedor, dj y programador de la sala Contraclub

Si al poco prácticamente de nacer te entran en lo más profundo por los sentidos las notas musicales, la trayectoria vital pide ir acorde. Carlos Siles recibió esos impulsos muy pronto. “Nací en Granada en 1984. Soy beatlemaníaco (muy loco) desde los diez años”.

Con esa premisa sus estudios se fueron encaminando por la música. “Estudié lenguaje musical y guitarra clásica durante un tiempo antes de ir a Madrid a formarme en Periodismo en la universidad. Mientras estudiaba y a la vez trabajaba (Grupo Zeta, Unidad Editorial, Autobild…) grabé mi primer disco con una discográfica independiente y aprendí mucho observando cómo funcionaba la industria musical indie desde dentro: salas, relaciones con prensa, plataformas digitales…”.


Foto de Laura C. Vela

Unos comienzos ilusionantes en el mundo del periodismo y la música que también trajeron sus sinsabores. “Hice un curso superior en Organización Integral de Eventos porque veía el futuro del periodismo muy gris. A la crisis se sumó el batacazo del periodismo impreso. Tanto yo como muchos de mis compañeros íbamos viendo cómo las empresas de comunicación cada vez contrataban menos e incluso yo mismo salí de varias por los famosos ERES que afectaron a tantos medios en aquellos años”.

Para Carlos fue tiempo de reordenación de ideas y proyectos. “Arranqué un proyecto digital llamado I, Me, Mine! Magazine, un portal de entrevistas para dar visibilidad a los profesionales de la industria cultural. Estaba alternando tres trabajos (por llamarlos de alguna manera) relacionados con el periodismo que apenas me daban para pagar el alquiler. Vi que la sala Contraclub, año 2012,  buscaba gente para trabajar en relaciones públicas. Conocía la sala porque había tocado dos o tres veces con mi proyecto”.

Y el Contraclub fue la oportunidad. “Les envié mi currículum, me llamaron y me dijeron, literalmente, si me veía capaz de programar en la sala”. Un puesto profesional que ha venido con muchas más funciones bajo el brazo. “Así que en el año 2012 entré como programador en Contraclub y poco a poco fui abarcando más funciones como la comunicación, organizando algunos eventos, aprendí a pinchar con mis compañeros y me hice DJ residente… Hasta que finalmente me pidieron que me responsabilizara también de la dirección musical de la sala, marcando la línea musical y coordinando a los Djs”.

Pero vino más. “Hubo dos cambios de gestión y la gestión actual decidió contar conmigo para ser director/responsable de sala (2015-2021). Así que el Contraclub ya se convirtió en mi casa, ya que llegaba para la prueba de sonido por la tarde y cerraba cuando el último cliente acababa saltando y cantando el último tema del DJ, ya casi amaneciendo”.

Un hogar en el que la familia ha sido una parte importante de su vida. “Aprendí mucho hablando tantas noches durante tantos años con mis compañeros (seguridad, relaciones públicas, camareros, barqueros, técnicos de sonido…). Creo que compartir con ellos ha sido el mayor aprendizaje de mi vida. Por no hablar de los músicos. Aunque seguro que he tenido mis días malos, para mí ellos han sido mi prioridad y he intentado tender siempre la mano y acoger a cada una de las bandas que han pisado la sala”.

Tanto tiempo en un lugar es inevitable encontrarse con situaciones desnudas. “Es habitual en todas las salas encontrar a parejas que se han colado juntas en los baños, pero un día encontramos a una pareja totalmente desnuda en uno de ellos. Se habían quitado los calcetines. Imagino que necesitaban sentir todo el amor posible”.


Foto de Luz Soria

La pandemia ha hecho replantear el camino a muchas personas. Carlos Siles, con unas de las máximas responsabilidades en el Contraclub, también ha tenido que pensar en el trazado. “Hace unos meses, surgió la oportunidad de comenzar un nuevo proyecto propio con otro compañero del sector nocturno (Sergio García, de Graffiti Music Bar). Se trata de una taberna/vinoteca que abriremos en La Latina donde, aunque no haya conciertos al uso, la música indie será parte de su esencia, ya que tanto nosotros como nuestro entorno proviene de ese círculo. Se llama La Taberna Patosa y abriremos la mediadios de julio en la calle Humilladero. Con tantas ganas como nervios.Así que, en estos días abandono la dirección de la sala (aunque realmente ya dejamos muchos de dirigir salas cuando llegó la pandemia) y me dedicaré, como hice cuando llegué, sólo a programar sus conciertos y a subirme a la cabina de vez en cuando”.

Si quieres conocer a otros profesionales de las salas que hacen posible con su trabajo que se realicen los conciertos y espectáculos pincha aquí.

 

¡SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER! DESCUBRE TODAS LAS NOVEDADES

    He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Privacidad

    COLABORADORES

    Ir al contenido