La responsabilidad sin perder las tablas. Hacerse cargo de la gestión de Microteatro por Dinero es toda una labor, pero además no dejar de lado su otra pasión, actuar, es camisa de once varas.
Verónica Larios carga sobre sus hombros la gerencia de la sala. “Me ocupo en general del funcionamiento de la sala, también de muchas otras cosas… programación, aunque hay un comité de selección, me encargo de la distribución en los espacios de la sala de las obras… la relación de nuestra marca Microteatro con otras empresas, entidades sociales, de gestión, y cuando salimos de gira fuera de Madrid”. Un cargo que conlleva muchas responsabilidades, aunque las comparte con sus compañeros.
Es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas con postgrado de Crítica de Cine y Música, pero su inquietud le ha llevado a estudiar interpretación en escuelas de Madrid, Méjico, donde vivió un par de años, y Nueva York. “He trabajado como actriz en teatro y en series de televisión como Toy Boy o Brigada Costa del Sol”. “He escrito y dirigido microteatro”.
Verónica ha estado al pie del cañón desde el principio, hace 10 años, cuando Microteatro por Dinero empezaba su andadura en un antiguo prostíbulo del centro de Madrid. Ella misma participó con un papel en las obras que hacían realidad un experimento, representar libretos cortos en diferentes salas de un mismo espacio para un público reducido.
Como anécdota de tiempos anteriores al Covid nos cuenta: “estaban 12 personas en una sala. Cuando terminó la obra fueron a abrir, pero el pestillo se había quedado encajado en la puerta y no se podía abrir. Para evitar el pánico del encierro los actores empezaron a contar chistes y a amenizar la espera hasta la apertura de la puerta. Al final casi preferían no salir”.
En tiempos de COVID el humor negro se mezcla con sensaciones extrañas. “Ahora que solo pueden entrar siete personas como máximo, con la reducción de aforos, la sensación de los actores es que la sala está vacía. Antes estaban acostumbrados a actuar con las 15 de aforo máximo, sin mascarilla ni distancias, y en estos tiempos la sensación de falta de público es terrible, pero bueno… Ojalá vuelvan esos tiempos”.
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