La pandemia está marcando nuestras actuaciones y lo va a hacer por mucho tiempo al parecer. Durante el encierro la industria y los profesionales de la música han visto como su mundo ha cambiado de repente. No hay directos, salas cerradas, caída de ingresos, un futuro que no está claro y las asociaciones de diversos colectivos afectados, como las salas, los técnicos, los promotores, se movilizan para reclamar medidas plausibles.
Las 46 salas registradas en La Noche en Vivo en 2019 ofrecieron ceca de 17.000 conciertos programados de 36.000 artistas. Esos locales dan empleo directo a 750 personas, de los cuales el 80% son fijos y un 62% de empleo joven. Además generan miles de puesto indirectos. Una actividad que ha congregado a más de 1 millón de espectadores y que ha facturado más de 5 millones de euros en venta de entradas.
Por ello la visibilidad y la concienciación de lo que supone el parón de la actividad son primordiales. Javier Olmedo, director gerente de LNEV, o Andrés Almada del Café Berlin se han expresado en televisión. Diversos periodistas, como Diego A. Manrique han recogido la situación de sector. ACCES, la asociación estatal de salas de conciertos, ha emprendido una campaña de sensibilización #Apoyatusala con artistas conocidos y profesionales de la música. La asociación de hosteleros del barrio de Malasaña también ha lanzado su mensaje recogido en los medios. No son los únicos, la plataforma impulsada por trabajadores del sector somosmusica.org se ha sumado publicando su video de concienciación.
Hugo García González, coordinador de comunicación de Moby Dick explica la dureza de la situación. Ha afirmado que “hemos tenido que cancelar o aplazar 55 conciertos hasta finales de mayo y 12 más en junio.” Con la caída del 100% de los ingresos el panorama no es optimista.
La próxima semana publicaremos la segunda parte. Reacciones a las medidas propuestas por el gobierno.