PATO, DE CAFÉ BERLÍN

Con motivo del cambio de ubicación, Pato, uno de sus responsables nos cuenta cómo renace una sala en una ciudad como Madrid
A veces los locales, como los seres humanos, también emigran. Es el caso del mítico Café Berlín, que, durante los últimos cuatro agitados años, la nueva dirección consagró su espacio a la adoración del flamenco, del jazz, del funk, del soul. Sus tres responsables -Pato, Leandro y Ezequiel- hicieron vivir, desde un punto caliente en la calle Jacometrezo, una época dorada a la noche madrileña. Ahora tendrán que repetir jugada en el nuevo Berlín, que esta´ apenas unos metros más allá: en la calle Costanilla de los Ángeles, no 20.
Pato relata el fin y el principio de esta aventura llamada Café Berlín; "En septiembre nos avisaron de que habían vendido el edificio. Nos quedamos sin local. No teníamos ya contrato de alquiler. Con muchísima tristeza cerramos esa etapa del Berlín. Sin embargo, hemos tenido la suerte de encontrar a solo 80 metros de distancia una sala con el triple de aforo, que está nueva y en la que hay que cambiar muy poquito. Así que empezamos una nueva etapa con el nuevo Berlín."
La satisfacción por el deber cumplido, Pato muestra orgulloso: "Nos fuimos del otro Berlín por la puerta grande y vamos a entrar en este pisando fuerte. Hay mucha expectativa y, sinceramente, esperamos estar a la altura. Seguiremos con la misma esencia y el mismo alma: respetar a los músicos y a la música en directo, pero más a lo grande." Para ello, nada mejor que coger "todo lo bueno que hemos hecho durante estos cuatro años y aprovecharnos de la facilidad que nos da un mayor aforo. Tenemos la oportunidad de jugar un poco más con artistas de fuera y españoles que, por una cuestión de caché y aforo, no los podíamos traer al Berlín."
El nuevo Berlín promete: "Vamos a tener una sala con un piano de cola, camerinos ma´s grandes y siguiendo con la misma apuesta de que el Berlín sea un club de música; no de jazz, ni de funky, ni de flamenco. Queremos que el artista esté más cómodo y para el público esta´ muy bien, porque se ve el escenario desde todos lados. Caben 300 espectadores"; y, a mayor capacidad, también mayor responsabilidad: "Seguimos con las jams flamencas de Diego Guerrero, que cada mes van a tener invitados muy importan- tes: David de Jacoba, Jorge Pardo, Pepe Habichuela, Javier Colina, Josemi Carmona… Para el público es superinteresante porque, por solo 8€, los asistentes a estas jams van a poder disfrutar de la música de estas grandes figuras. Esa jam es mágica. Pasa algo ahí que yo, que escucho música desde que tenía cuatro años, nunca vi”. Los domingos el Berlín ofrecerá "un especial de Jerry González con latín-jazz y flamenco e invitados también muy importantes y especiales." El baile también reclama su atención en el nuevo local: "Seguiremos con nuestras sesiones de DJ hasta las 6 de la mañana. Los jueves habrá sesión de música electrónica en directo con DJ internacionales. Los sábados música negra. Los martes será de música latina, los miércoles flamenco y los segundos domingos de cada mes vamos a hacer swing con la Big Band del Molino.”
Con una ilusión especial Pato habla de esta nueva aventura: "Tendremos prácticamente siempre dos o tres conciertos al di´a: a las 21:00 h, a las 23:00 y casi siempre a la 01:00. La gente, como nos demostró en la despedida del antiguo Berlín, nos quiere mucho, así que algo bueno habremos hecho. El cambio realiza el sueño de mi vida, al dar un paso adelante en calidad." Calidad contrastada la que exhibe el Café Berlín: "Lo que tiene el Berlín es que es muy canalla. Por eso esta´ siempre lleno de actores, de gente de publicidad. Sin embargo, sin los músicos no somos nada".

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