En el pasado, siempre fue la sala en donde todo promotor, artista o grupo quería hacer la presentación de la banda que traía de gira o presentaba nuevo disco, y que no siempre lograba porque su reserva se tenía que concretar con meses de antelación para no quedarse sin fecha. Hoy los tiempos han cambiado, ya que ninguna sala programa espectáculos diariamente, pero sigue siendo ese lugar ideal por su acústica, por su equipa- miento técnico, por su cómoda visibilidad y por su aforo. Incluso te sientes más cercano cuando atraviesas su puerta y giras la cabeza hacia la izquierda pudiendo escrutar el trabajo del técnico de sonido. El público rockero siempre la ha tenido en alta estima. Los clientes metaleros, siempre exigentes, reclaman una apta sonorización para sus ídolos y aquí se sienten igual de satisfechos que los músicos que la conocen buscando de nuevo subirse sobre su escenario. Incluso se intento´ en las madrugadas de los fines de semana que funcionara como club de hard rock durante un tiempo. Caracol también ha sido lugar de concursos para las bandas emergentes, de bonitas historias como aquel ciclo de varias semanas de directos que realizó el programa ‘Música En Negro’ de Carlos Pina, entonces en Radio 3, del cual tuve ocasión de participar como presentador.