Rápidamente, lo que empezó como un hobby para pasar la noche, poco a poco se convirtió en un trabajo en el que él ocupó un espacio que no estaba cubierto: faltaba alguien para documentar todo lo que estaba ocurriendo en el circuito de músicas negras de Madrid; y desde entonces hasta ahora ha ido fraguándose una carrera de la que puedes disfrutar, además de en otras publicaciones, en Madrid en Vivo.
Jaime tiene una media de asistencia de 15 a 20 conciertos a la semana. Es cansado, pero no se le ocurre un trabajo mejor: “Cuando puedo tirar fotos tranquilo, como en locales o en algún festival, intento que se vea la música como la interacción entre el escenario y el público. En el jazz esta interacción no es tan obvia, de hecho, a veces ni existe. Lo que si que hay en el jazz que es genial, es la interacción entre los propios músicos y es eso lo que intento expresar.”
Por norma general, le gustan los conciertos en los que se puede mover sin que nadie le ponga pegas: “Podría decir que los clubs como el Tempo, El Sol y El Junco son en los que más a gusto estoy. La gente está de pie y no tienes sensación de joderle el concierto a alguien cada vez que disparas.” En su book conviven glorias asentadas, como Brad Mehldau, Pat Metheny, Ron Carter, Charles Bradley, Maceo Parquer, George Clinton o D»Angelo, con “músicos a los que considero compañeros de fatiga. Siempre te hace ilusión sacarle una foto a un tipo como Bobby McFerrin, pero honestamente, prefiero a los que me saluden entre fraseo y fraseo y poder estar luego con ellos cuando se bajan del escenario. Además de tener una enorme cantera de músicos, tenemos suerte con la cantidad de artistas de otros países que viven aquí, que no hacen sino enriquecer el panorama musical.”
No obstante, no todos los músicos le tienen especial amor a la cámara: “Bettye Lavette, americana, de 68 años, de lo mejor que queda en activo de su generación, actuaba en la Sala Caracol, en la que no cabía ni un alfiler. Tardé tres canciones en llegar a la primera fila con el mochilón y la cámara. Recuerdo que apoyé un objetivo en el escenario y Bettye, me miró, me señaló y, sin salirse del tema, me dijo «Take that lens out of the stage!»» (quita esa lente del escenario). Honestamente no conozco todas sus canciones, pero juraría que aquello no era una.”
Jaime comprende y reivindica el papel esencial de las salas de música en vivo: “Son la cultura de base de las ciudades. Las que mantienen de alguna manera viva la música en directo, y prefieren apostar por la cultura en vez de por los botellines a un euro. Es genial poder salir cualquier día en la semana a las 3 de la mañana y encontrar música en vivo en algún lugar.”
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