Carlos Areces lleva un ritmo como actor imparable. El mes pasado presento la película "Sexo Fácil, Películas Tristes", y acaba de estrenar "Negociador" de Borja Cobeaga. Próximamente en cartelera "Anacleto", "Incidencias" y "Mi Gran Noche", de Álex de la Iglesia, donde el cantante Raphael hace de su padre. Amante de la música, podemos verle puntualmente a los mandos de la cabina de El Fabuloso Club (todos los viernes en Sala El Sol) cuando los rodajes le dejan, no para.
Aquí nos deja esta la elegante y divertida selección:
– IAN & SYLVIA – rocks and gravel (1962) Mi cima particular del folk. Un bajo hipnótico, una cadencia mágica y un juego de voces tocado por los dioses. Exquisita y sencilla, una obra de arte.
– VIOLETA RIVAS – qué suerte (1964) Tsunami de positividad pop que me pone de buen humor cada vez que lo oigo. El tema más optimista que jamás se haya escrito, con una buena orquestación detrás.
– DOLLY PARTON – coat of many colors (1971) Una de las canciones más tristes en boca de una de las mejores compositoras del country. Quien no se emocione con la historia de esta niña y su abrigo de retales del que se reían otros chicos muy cabrones no tiene corazón u oídos.
– RAPHAEL – quiero un amante (1977) Absolutamente desgarradora. Trata un tema tan poco común como impactante: un hombre adulto recuerda la necesidad de afecto carnal de su madre soltera cuando él era un niño. La reivindicación definitiva a la necesidad que tenemos todos de que nos rasquen el lomo, y en la personalísima voz de la mayor estrella del firmamento patrio.
– IKE & TINA TURNER – river deep, mountain high (1966) Ike y Tina grabaron dos versiones de esta canción. Difícil imaginar el motivo, porque la buena es la primera, la producida por Phill Spector (quien además la co-escribe). En opinión de Phil -y en la mía-, su mejor trabajo de todos los tiempos. Ritmo salvaje y contundente vozarrón de Tina.
– MINA – se telefonando (1966) La conjunción de dos astros absolutos: Morricone y Mina, que realizan una de las piezas más originales y superlativas de toda la música italiana. La estructura en espiral ascendente es inquebrantable, el estribillo se supera en un continuo crescendo bellísimo.
– MATT MONRO – my friend, my friend (1965) Lo descubrí hace dos días oyendo discos que tenía sin abrir, y me encandiló. Automáticamente traduje “my friend” como “mi amigo” -en masculino-, hasta que la letra describe el dolor que le provoca que sus labios no vuelvan a encontrarse. No creo que en los 60 un crooner de éxito pudiera añorar públicamente los labios de otro hombre, pero al estar completamente cantada en neutro da pie a interpretaciones interesantes.
– LOS GANGLIOS – color de rosa (2012) Los Ganglios son imprescindibles. Este tema de techno-punk minimalista es buena muestra de su arte. La letra es una poesía extraña, oscura, cómica, y contiene una de las mejores rimas conceptuales del pop español: “caudillo amarillo”. Su vídeoclip es mi favorito de los últimos años.
– PEGGY LEE – is that all there is? (1969) El culmen de la elegancia es esta canción narrada, que no cantada, por la definitiva maestría de Peggy Lee. La decepción continua que supone la vida nunca había sido expuesta con tanto acierto. Auténtico drama existencial que podría traducirse como ¿tanto rollo para esto?
– BAMBINO – la pared (1966) Detesto el flamenco, como suelo detestar todo lo excesivamente étnico. Pero detrás de una afirmación tan tajante siempre se esconden algunas excepciones. Bambino es una de las más sonadas. Me encanta su rabia, su potencia, sus imágenes, sus letras. Me fascina que una canción tan simple pueda transmitirme tanto.
