Procedente de una infancia rebelde al norte de Inglaterra, Martin Iveson -aka Atjazz– comenzó a los 17 años produciendo música y efectos sonoros para videojuegos como Tomb Raider. Trece años más tarde sintió la llamada de la música electrónica, abandonando su carrera en los videojuegos y comenzando a transitar con brillantez los terrenos del house, deep, hip hop y el nu jazz a principios de los 90s. Sus primeras producciones ya fueron un éxito y su primer álbum llegaba hasta Japón. Con sus tres trabajos posteriores –‘Labfunk’, ‘Labresults’ y ‘Full Circle’-, Atjazz se consolidaba como una voz distinta e inspiradora en el underground internacional.